Desde el principio, los creadores de «It’s Always Sunny» adoptaron un enfoque intransigente de su comedia. No pensaron que durarían mucho en el aire en las primeras temporadas, por lo que no tenían nada que perder, especialmente antes de que los actores tuvieran responsabilidades en la vida real, como hijos e hipotecas.
«Decidimos desde el principio que no íbamos a estar sujetos a las leyes normales de la televisión», recordó Howerton en una entrevista de 2015 con Vice. «Para cuando llegamos a la temporada 3, recuerdo haber tenido una conversación específica con los muchachos donde […] nuestra actitud era como, ‘En cualquier momento el programa será cancelado, así que a la mierda, veamos hasta dónde podemos llegar con estos personajes, veamos hasta dónde podemos empujarlos'».
Aún así, el propósito del programa siempre ha sido satirizar y burlarse de sus personajes, no aprobarlos. Howerton admite que los creadores de la serie han mejorado en dejar claro su mensaje con el tiempo.
«No creo que fuéramos tan buenos en esto en las primeras temporadas… dejando en claro que los escritores del programa no están diciendo que este comportamiento sea divertido porque nos gusta y lo respaldamos», dice. Howerton. «Es divertido porque es tan horrible, y es exactamente lo que se supone que no debes hacer».
Puede que a veces se pase de la raya, pero el objetivo de «It’s Always Sunny in Philadelphia» siempre ha sido sorprendentemente claro: es una sátira crítica, de cabo a rabo.