De manera muy informal y sin glamour, la duquesa Meghan visitó un monumento a las víctimas de la ola de asesinatos frente al juzgado de Uvalde el jueves por la tarde. Vestida con jeans, tenis, una camisa y una gorra calada sobre su rostro, caminó a lo largo del memorial. Allí se había colocado una cruz blanca por cada víctima mortal. Puso un gran ramo de flores blancas frente al que está en honor a la estudiante asesinada Uziyah García. No está claro si conocía al niño personalmente.
Durante su visita a Uvalde, Meghan se veía visiblemente molesta. Apretó los labios una y otra vez, sus ojos tristes eran difíciles de ver debajo de la gorra. Un guardaespaldas caminaba detrás de ella pero se mantuvo a unos metros de distancia para permitir que la duquesa llorara en paz.