Tito Arias, Dame Margot Fonteyn Doc ‘Tito, Margot and Me’ Directores Talk Grand Romance (EXCLUSIVO) Lo más popular Debe leer Suscríbase a boletines de variedades Más de nuestras marcas


Las directoras Mercedes Arias y Delfina Vidal se han vuelto a reunir para transmitir la fascinante historia del político panameño Tito Arias, primo hermano del director una vez destituido, y su esposa, la reconocida bailarina Dame Margot Fonteyn.

Los directores, que anteriormente lograron el éxito con “Caja 25”, estrenaron el largometraje documental “Tito, Margot and Me” a nivel mundial en el IFF Panamá de la semana pasada, la película fue elegida como la selección de la noche de clausura.

El proyecto toma su tiempo, con Arias dirigiendo entrevistas con miembros de la familia y personas cercanas a la pareja.

Escrita por Arias, Vidal y Joaneska Gröss («La Matamoros»), la película utiliza imágenes familiares encontradas, cartas, fotografías antiguas y relatos de la autobiografía de Fonteyn para arrojar una luz esclarecedora sobre los lazos familiares, la coacción política y el amor verdadero. Secuencias de baile emotivas protagonizadas por los bailarines Maruja Herrera y Valentino Zucchetti aseguran una transición perfecta entre escenas.

“Tito, Margot and Me”, producida por Jaguar Films (“Causa Justa”) de Luis Pacheco, con sede en la ciudad de Panamá, sondea la historia de amor más grande que la vida que capturó el mundo. Arias y Fonteyn, imperfectos como estaban dedicados, son temas fascinantes. La dirección cuidadosa asegura que los rumores y las noticias diarias previas se encuentren con una lente contraria, lo que permite al espectador asimilar las fallas sin verlas como ilícitas.

Luego de su estreno en Panamá, Arias y Vidal conversaron con Variedad sobre este amor duradero y poco convencional que sobrevivió a la guerra, la conspiración y la mala salud, y las conexiones familiares perdidas y encontradas.

A diferencia de algunos documentales biográficos, tienes el privilegio de crear la película desde un lugar familiar. ¿Cómo crees que esto diferencia la película de los documentales que cubren a una persona, su historia, únicamente desde afuera mirando hacia adentro? ¿Te imaginas la misma historia dirigida por otra persona?

Arias: Mirar hacia adentro puede ser intimidante, porque a veces no es hasta que se lleva a cabo el proceso creativo que se produce la catarsis. Tuve que mirar de adentro hacia afuera… cómo me sentía con ciertas verdades, cómo me afectaron las cosas que descubrimos en el proceso, curar la verdad fue personalmente importante para mí.

Hoy estamos autorizados a decir que Tito trabajó para el servicio de inteligencia británico y, desde París, también entregó pasaportes panameños a muchos judíos para que salieran de Europa, algunos de los cuales los conserva su hija Rosita. Ciertos hechos tuvieron que ser silenciados, ciertos nombres que elegimos silenciar.

Sobre alguien que no sea yo codirigiéndola, creo que la historia de Tito, Margot y yo, como elegimos contarla, no habría tenido el mismo peso. Mi conexión personal me hizo parte de la historia.

La película habla del amor perpetuo entre Tito y Margot, pero también destaca la gracia de Margot bajo una inmensa presión. ¿Es la película también una oda a una mujer aparentemente impenetrable?

Vidal: Optamos por centrarnos en mostrarla tal y como nos permitió conocerla en su autobiografía, como una mujer evolucionada e independiente. Strong, una mujer que lo dio todo por amor y que se reinventó a los 60 años, como una mujer que prefería la sencillez del campo, dueña de la finca La Quinta Pata, su paraíso, donde era un cisne en medio de la las vacas, como ella misma declaró.

Margot no era una mujer impenetrable, era emocionalmente humana y solo temía vivir demasiado, porque eso era peor que morir sin su esposo Tito, que era todo lo que tenía.

Al final del proyecto, ¿eres más consciente de lo que constituye un gran romance? Se siente como si nos estuviéramos alejando más del amor en este mundo…

Tito Arias y Margot Fonteyn en Portobelo

Vidal: La historia de Tito y Margot fue un gran romance que tuvo sombras y luces, que buscó la fuerza para sobreponerse a todas las circunstancias. “Tito, Margot y Yo” es una historia que nos muestra el perdón como una forma sublime del amor, que nos hace reflexionar que el amor no busca su propio interés, no toma en cuenta el mal recibido, sino que mira lo mejor de otra persona. La inteligencia emocional y espiritual que desarrollaron Tito y Margot en su relación es la clave para ser amados incondicionalmente.

¿Revisar su historia familiar le dijo algo acerca de usted? Siento que nuestra curiosidad por nuestro linaje también nos sirve un poco, ¿no? ¿Cómo se sintió al caminar en los espacios que una vez ocuparon?

Arias: Mi padre me mandó a casa una caja con 14 álbumes de fotos, soy la mayor de cuatro hermanos, ese legado lo guardo. Revisándolo, encontré que casi todas esas fotos eran de navidad, paseos a la playa, cumpleaños, todas con primas por mi lado materno. En realidad, la herencia de mi padre no estaba allí. Ese distanciamiento se da porque, durante la dictadura militar, muchos miembros de mi familia paterna se exiliaron. Tito y Margot son los primeros en volver a Panamá, pero todavía no conozco a muchos primos. Compartimos ADN pero no crecimos juntos. A través del proceso de investigación se lograron reconciliaciones maravillosas, que hoy ciertamente me completan.

La segunda parte de la pregunta, a veces se sentía irreal. No solo entrando a la casa de La Quinta Pata sino, por ejemplo, cuando abrimos las puertitas de uno de los armarios del baño, vimos la letra de Margot dando cuenta de las toallas, sus libros en las estanterías y un enorme tamarindo que me daba la bienvenida. , de la que tomé algunas semillas. Cuando bailaba en la playa salpicándome las piernas con la espuma, o cuando bailaba en silla de ruedas en el escenario del Teatro Nacional de Panamá, donde ella también bailaba, torpemente trataba de sentirla en mis movimientos y ahí los sentía a los dos. presente.

“Tito, Margot y yo”
Crédito: D. Vidal V.





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