Un nuevo pronóstico radical muestra cuán rápidamente está cambiando la economía energética


La humanidad está al borde de cambios radicales en la forma en que producimos y consumimos energía, según una nueva evaluación de la Agencia Internacional de Energía. Y eso nos deja en una situación en la que pequeños cambios pueden producir enormes diferencias en la economía energética hacia finales de la década; incluso una ligera caída en el crecimiento económico de China, por ejemplo, podría reducir el uso de carbón en una cantidad similar a la que Europa consume actualmente. .

En medio de este cambio, los gobiernos están luchando por establecer políticas que satisfagan nuestras necesidades o reflejen la realidad cambiante. Para 2030, la AIE espera que tengamos la capacidad de fabricar más del doble de paneles solares necesarios para cumplir los objetivos políticos actuales. Y esos objetivos nos dejarán muy lejos de mantener el calentamiento por debajo de 2° C.

En proceso de cambio

El análisis de la AIE se centra en dos escenarios diferentes. Uno de ellos, al que denomina PASOS, limita el análisis a las políticas a las que los gobiernos ya se han comprometido. Esos son suficientes para que las emisiones impulsadas por la energía alcancen su punto máximo a mediados de esta década, es decir, en los próximos años. Pero se mantienen por encima del cero neto durante el tiempo suficiente como para comprometernos a un calentamiento de 2,4 °C, un nivel que, según los científicos del clima, tendrá graves consecuencias.

En un segundo escenario, NZE, el mundo alcanzará emisiones netas cero para mediados de siglo, lo cual es un paso necesario para limitar el calentamiento a 2 °C o menos. Obviamente, eso requerirá cambios de políticas más allá de los actualmente vigentes.

¿Qué tan sensibles son estos análisis a los cambios de políticas? El informe destaca cómo su versión de 2021, completada antes de la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU., había predicho que el 12 por ciento de los automóviles vendidos en EE. UU. serían eléctricos para 2030. La aprobación de la IRA ahora hace que esa cifra aumente al 50 por ciento. A nivel mundial, podemos alcanzar niveles similares según las tendencias actuales. Sólo el 4 por ciento de los coches vendidos fueron eléctricos en 2020, pero esa cifra se ha disparado hasta el 25 por ciento este año.

Pero no son sólo los cambios de políticas los que están alterando el panorama. Los precios más bajos de las energías renovables, combinados con la expansión de la capacidad de fabricación para satisfacer la demanda esperada, también han cambiado drásticamente las expectativas de la AIE. Por ejemplo, sus estimaciones de energía solar y eólica marina en China se han triplicado en los dos años transcurridos desde su Perspectiva Energética Mundial 2021.

Durante ese mismo período (2020-2023), las inversiones en energía renovable aumentaron un 40 por ciento. Como resultado, este año se invertirá un promedio de mil millones de dólares en energía solar cada día y se agregará medio teravatio de capacidad renovable en general. Todo este cambio significa que la AIE espera que el uso de combustibles fósiles (la combinación de carbón, petróleo y gas) alcance su punto máximo antes de que termine la década.



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