Después de un tiempo como comediante, Williams consiguió su gran oportunidad en la televisión interpretando a Mork de Ork en «Happy Days». El extraño extraterrestre tuvo tanto éxito en el popular programa que Williams obtuvo su propio programa derivado, «Mork & Mindy». En un episodio típico, Mork estudiaría un aspecto aleatorio de la humanidad e informaría a su jefe, Orson, con lo que aprendió. Por lo general, el programa se basaba en gran medida en el humor y las tonterías únicos de William, y la fórmula convirtió a Williams en una superestrella de la televisión. Sin embargo, un episodio de la tercera temporada del programa dio un giro serio.
Según Dave Itzkoff en su autobiografía, Robin, el episodio titulado «Mork conoce a Robin Williams», tomó un descanso de las travesuras tontas para centrarse en la vida real. En el episodio, Williams todavía interpretó a Mork, pero también se interpretó a sí mismo, lo que permitió al público vislumbrar las trampas de la celebridad.
Williams pasa todo el episodio acosado por los fanáticos, y Mork es frecuentemente confundido con la estrella de televisión, lo cual es una forma irónica de criticar las tendencias de los fanáticos de equiparar a los actores con sus personajes. Mork no entiende por qué la humanidad está tan obsesionada con las celebridades e intenta entender por qué le dan tanta importancia al hablar con Robin Williams.
Cuando Mork finalmente tiene la oportunidad de hablar con Williams, explica que la comedia lo ayudó a superar una infancia solitaria en la que el trabajo de su padre lo obligaba a mudarse mucho. Él revela que los personajes que inventó lo hicieron sentir más libre que nunca en su vida real. Admite: «Llegué al punto en que me di cuenta de que los personajes podían decir y hacer cosas que yo mismo tenía miedo de hacer». Williams también revela que se siente sofocado por la fama, incapaz de decir que no a los demás y que la comedia ya no lo libera.