Usos, infraestructuras, educación… Las empresas afrontan el reto de electrificar el parque de vehículos


Romain Rouillard / Crédito de la foto: MATHIEU THOMASSET / HANS LUCAS / HANS LUCAS VIA AFP

entre su entrevista concedida al informativo de las 20 h en TF1 y France 2 el domingo por la noche, y su discurso de planificación ecológicaprevisto para el día siguiente, Emanuel Macron hizo anuncios contundentes en el espacio de 24 horas. Especialmente en el ámbito del automóvil. El Jefe de Estado aseguró que Francia producirá, al final de su mandato, «al menos un millón de coches eléctricos» y que el leasing social -un alquiler con opción a compra por sólo 100 euros al mes para un vehículo eléctrico- será implementado a partir de noviembre.

Por ello, el presidente quiere conceder un lugar destacado a los coches eléctricos, cada vez más populares entre los particulares y cuyas ventas seguir batiendo récords en Francia y Europa. Pero en el aspecto empresarial, la transición a vehículos totalmente eléctricos se enfrenta a una serie de dificultades. El pasado mes de abril, informes El mundo, la ONG Transport & Environment indicó que “el 66% de las empresas, el 64% de las autoridades locales y el 87% de las administraciones no han alcanzado las cuotas legales para ecologizar sus flotas”. Cifras basadas en todo el año 2022.

Autonomía e infraestructura

Por tanto, abandonar la energía térmica en el mundo empresarial no es fácil, sobre todo en lo que respecta al uso de vehículos profesionales, que suele estar mucho más extendido que el de los particulares. “Los franceses recorren una media de 10.000 kilómetros al año, mientras que en el ámbito del alquiler tenemos contratos para 30.000 kilómetros al año”, ilustra Régis Masera, director de consultoría de la empresa de alquiler Arval (grupo BNP Paribas) y del Observatorio de la Movilidad de Arval.

Muy rápidamente, la cuestión de La autonomía de estos vehículos. resurge, al igual que el de las infraestructuras que los acompañan. Este es también uno de los principales obstáculos a la hora de adquirir un coche eléctrico, cuya autonomía anunciada por el fabricante suele estar sobreestimada. «Pongamos como ejemplo a un empleado que necesita recargar su vehículo durante un viaje. A veces se encuentra con estaciones de carga lentas y es difícil bloquear a un técnico durante dos horas en mitad de su jornada», señala Regis Masera.

Para una empresa, ecologizar el parque de vehículos también puede generar nuevos costes, a veces prohibitivos. «Por ejemplo, tenemos que electrificar los aparcamientos de la empresa y no es lo mismo si somos propietarios o alquilamos el local. También tenemos que preguntarnos si los edificios pueden soportar los cargadores. Si no es así, esto puede llevar a grandes inversiones». «, señala el experto.

Costes adicionales que también pueden movilizarse para la instalación de estaciones de carga que será utilizado por los empleados en casa. “Pero no es lo mismo vivir en una casa que en un apartamento”, advierte Régis Masera. «Muchos aparcamientos aún no están equipados en viviendas colectivas», añade Arnaud Aymé, especialista en transporte de Sia Partners.

“Apoyo y labor educativa”

Suficiente para acentuar las reticencias de algunos empleados a la idea de pasarse a un coche 100% eléctrico que, en su opinión, presentaría muchas más limitaciones logísticas que ventajas. De ahí la importancia de la “labor de apoyo y educación” que se debe realizar dentro de las empresas. “Hay gente que está a favor, que tiene una fibra de RSE desarrollada, pero no es la mayoría”, reconoce Régis Masera.

Por último, la transición hacia los vehículos totalmente eléctricos, en el ámbito empresarial, va acompañada de una importante modificación de los vehículos utilitarios, utilizados por los profesionales que deben transportar equipos voluminosos. «Para tener la mayor autonomía posible, se necesitan baterías grandes. Pero baterías más grandes significan vehículos más pesados ​​y menos cargas útiles. Cuanto más ligero es un vehículo, más equipo puede transportar. Con un vehículo eléctrico, el volumen de carga es menor, porque las baterías deben almacenarse”, observa Régis Masera.

Son muchos los obstáculos que se interponen en el camino a la electrificación del parque de vehículos de la empresa, a pesar de una «voluntad muy fuerte», asegura Régis Masera. Pero la transición está en marcha, garantiza el experto que confía en El barómetro de flota y movilidad 2023, desarrollado por Arval. «Cuando preguntamos a un panel muy amplio de empresas, 8 de cada 10 nos dicen que ya han introducido alternativas a la energía térmica. No necesariamente en volúmenes muy grandes, pero todas han comenzado su transición energética».



Source link-59