Van Gogh robado por los nazis avergüenza a Japón


Los siete cuadros que representan los Girasoles, pintados por Van Gogh en Arlés entre verano 1888 y enero 1889, se encuentran todos dispersos en prestigiosas colecciones. Uno está en la Galería Nacional de Londres, otro en la Neue Pinakothek de Múnich, otro más en el Museo Van Gogh de Ámsterdam…

Sólo Japón ha tenido dos. El primero fue destruido tras un bombardeo estadounidense en [1945ElsegundoestáenelMuseoSompoenTokioenlaparedrevestidadeterciopelodeunasaladedicadaalasnaturalezasmuertasysumidoenunsilencioperiódicamenterotoporelclicdelascámarasdelosteléfonosmóviles

Estos girasoles, cuyos pétalos amarillos brillan suavemente bajo la tenue iluminación, son las grandes estrellas de este pequeño museo, enclavado como una seta al pie de un árbol, en el bosque de rascacielos de Nishi-Shinjuku, un distrito de negocios en el oeste de Tokio. El edificio alberga la colección del empresario Yasuo Gotô (1923-2002) y, detrás de él, se alzan los cuarenta y tres pisos de su empresa matriz, Sompo, una de las principales compañías de seguros de Japón.

Museo Sompo, Tokio, 9 de julio de 2020.

Esta tarde de semana, unos cuarenta visitantes hacen fila delante del himawari (“girasoles” en japonés), objeto de especial curiosidad en un país que admira la naturaleza, el impresionismo y la figura del artista maldito.

Los visitantes no lo saben, pero la estancia del cuadro de Van Gogh en Tokio está hoy amenazada. Es de interés para la justicia estadounidense, que examina una “denuncia por restitución y por enriquecimiento ilegítimo”, presentada en diciembre de 2022 ante un tribunal de Chicago. Los demandantes, herederos del banquero judío berlinés Paul von Mendelssohn-Bartholdy, creen que el cuadro pertenece a la colección de su antepasado, robado en los años 30.

Venta forzosa por parte de Alemania

Las cien páginas del expediente, incriminatorias y muy detalladas, acusan al Museo Sompo de haber adquirido el Van Gogh en 1987, “sin tener en cuenta su procedencia, en particular la venta forzosa de la pintura por parte de la Alemania nazi en 1934 ». La institución japonesa también se mostró preocupada por la legalidad de su adquisición al Museo Van Gogh, cuando el cuadro fue prestado al Instituto de Arte de Chicago en 2001.

Los herederos del banquero no sólo exigen la restitución del Girasoles japoneses, pero también 750 millones de dólares (675 millones de euros), en compensación por los ingresos procedentes de los numerosos productos derivados comercializados por Sompo desde 1987. Servilletas de tela, joyas, notas, rollos de cinta adhesiva, todo decorado con las famosas flores, abarrotan el museo. comercio.

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