Viveros: ¿por qué son tan rentables los establecimientos privados?


Baptiste Morin / Crédito de la foto: Thomas SAMSON / AFP

Después de las residencias de ancianos, es el turno de las guarderías privadas. Este fin de semana salen dos libros, fruto de dos investigaciones que denuncian las prácticas de determinados establecimientos privados. Estos acogen a unos 80.000 bebés cada día y algunos son muy rentables.

En guarderías privadas, la palabra clave es «optimización». El principal gasto en estos establecimientos es el salario del personal. Para contener la nómina, se atienen al mínimo establecido por la ley: un supervisor para cinco bebés que aún no pueden caminar.

La falta de armas limita necesariamente el tiempo dedicado a cada persona y por tanto ahorra suministros. «Todo está cronometrado y todo debe hacerse en secuencia», abunda Cyrille Godfroy, de la Unión Nacional de Profesionales de la Primera Infancia. En lugar de cambiar al niño 3, 4 o 5 veces al día, intentamos espaciar los cambios, así ahorramos un pañal. Un pañal por niño al día, más de 200 días al año, eso permite un ahorro bastante importante».

Overbooking y reservas pagadas

El overbooking también es una práctica común. La ley permite que los establecimientos acojan ocasionalmente a más niños de los previstos: pueden llegar hasta el 115% de tasa de ocupación más de un día, pero esto debe limitarse a lo largo del año. El límite es una tasa de ocupación del 100% durante la semana.

Los establecimientos incluso cobran por la reserva de una cuna a la espera de que esté disponible. Al final, según la Inspección General de Asuntos Sociales, las guarderías privadas generan un margen de 800 euros por cuna, desproporcionado con respecto a otros establecimientos.



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