ZAN, Artificialización neta cero: el caramelo envenenado


Un caramelo duro de tragar. Se está implementando la ley Zan, artificialización neta cero, aprobada en 2023. Y tiene un sabor muy amargo.

El objetivo de esta ley de 2023 era reducir a la mitad y detener en 2050 la artificialización del suelo, ya sea para la construcción inmobiliaria o industrial. Una ley que tiene una buena intención, sin duda… pero que ha sido redactada de forma radical. Tan pronto como se discutió, los círculos económicos y los alcaldes advirtieron sobre sus consecuencias. Ya estamos.

Un artículo publicado en el sitio web de France 3 Midi-Pyrénées resume la situación. Habla de cómo la ley está privando a Airbus y a todo el sector aeronáutico de posibilidades de desarrollo en la región, por falta de suelo, con riesgo de deslocalización.

La parte más irónica del asunto es que el funcionario electo que dio la alarma, el diputado centrista Jean-François Portarrieu, votó él mismo a favor de la ley.

No se arrepiente, dice, incluso está orgulloso de ello… Pero aún así hizo esta pregunta al Gobierno la semana pasada en la Asamblea: «Airbus ha registrado un pedido excepcional de 2.100 aviones A320/A321, muchos de ellos ya ensamblados «En Toulouse. Las empresas tolosanas del sector se enfrentan a un nuevo problema: la falta de suelo disponible para desarrollar.»

¡Oh, bueno, si hubiéramos podido predecirlo! El electo debió haber dormido durante los debates, porque dijo a France 3: «Estoy alertando al gobierno, pero también a las empresas de la región, para que despierten. No debería ser que, dentro de 3 o 4 años, Airbus ya no pueden construir una cadena de montaje en Toulouse”, y el diputado Portarrieu añade con toda franqueza: “otros no dudarán en darles la bienvenida, China por ejemplo”. Es cierto, ¿por qué pensar de antemano en las consecuencias de su voto cuando después puede quejarse?

Especialmente porque no va a mejorar.

No. Es necesario hacer más estricta la ley Zan. Será cada vez más complicado para las empresas expandirse fuera de las áreas existentes. El problema, para muchos cargos electos locales, es que la ciudad se ha apoderado de estos terrenos baldíos y ya nadie quiere fábricas en medio de las casas, algo que parece insoluble. Y además, esto también se aplica a la vivienda. En muchas regiones estamos descubriendo los estragos de la ley. Ya no sabemos dónde poner los proyectos inmobiliarios.

Y para Airbus, ¿podrían las cosas salir bien?

Por ahora, el grupo parece poder hacerlo reorganizando sus propios sitios, pero eso tendrá sus límites. También podría apuntar a determinados terrenos alrededor del aeropuerto de Blagnac, pero no es seguro que sigan siendo edificables durante mucho tiempo. Hay poco margen de maniobra… ¡Porque dejé lo mejor para el final! El Estado concede exenciones de construcción en 125.000 hectáreas a empresas que lleven a cabo un “proyecto de interés nacional”. Pero el grupo Airbus, como toda la industria aeronáutica, no es uno de ellos. Pues sí, la aeronáutica, uno de nuestros primeros puestos exportadores, no es de interés nacional.



Source link-59