Zapatos: la marca San Marina puesta en suspensión de pagos


La marca de zapatos San Marina, antes propiedad del grupo Vivarte que había solicitado, el martes, su puesta en quiebra por el juzgado de lo mercantil de Marsella obtuvo satisfacción, el jueves 22 de septiembre. San Marina emplea a 680 personas en 163 tiendas en Francia.

La solicitud había sido examinada el jueves por la mañana a puerta cerrada por el Tribunal de Comercio de Marsella, con sede en Gémenos, en Bouches-du-Rhône. La administración judicial de la empresa se pronuncia hasta el 22 de marzo de 2023, anunció France 3 Provence, información confirmada a la Agence France-Presse por el abogado de la empresa, el Sr.mi Bernardo Ramo.

El juzgado comercial no pudo ser contactado por la tarde para confirmar esta información, uno de los representantes del CSE indicó por su parte que no estaba al tanto de la decisión dictada.

Comerciantes “no esenciales” obligados a pagar sus rentas

San Marina dijo este martes que sufría el contragolpe de la sentencia de la Corte de Casación que obligó, en junio, a los llamados comerciantes no esenciales, y que habían tenido que mantener sus puertas cerradas durante el confinamiento de la primavera de 2020, a pagar sus rentas.

La empresa, que había sido vendida a principios de 2020 por Vivarte a Stéphane Collaert, ya había anunciado en la primavera de 2022 un plan de protección del empleo (PSE) “sobre 152 de 680 publicaciones” y «la adecuación de su red de tiendas». Al momento de entrar en negociaciones con Vivarte se hablaba de 230 tiendas, la marca reclamaba 163 el martes.

La dirección, que informó al Comité Económico y Social (CSE) de la firma este martes de esta solicitud de intervención, precisa que el PSE debe ser «temporalmente suspendido» durante el período de observación posterior a la sindicatura.

A principios de agosto, otra marca francesa de prêt-à-porter, Camaïeu, había solicitado su administración judicial, citando » las consecuencias « de la sentencia del Tribunal de Casación.

El sector de la distribución textil, particularmente en la gama media, sufre desde hace años en Francia. La actividad sigue complicada este año en el contexto de la preocupación por el poder adquisitivo, que empuja a muchos consumidores a postergar sus compras de ropa, considerada menos prioritaria que la alimentación o el equipamiento infantil, por ejemplo.

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El mundo con AFP



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