Una explosión tuvo lugar en la mañana del viernes 30 de septiembre en el centro educativo Kaaj en el oeste de Kabul, la capital afgana, en un barrio donde vive la comunidad minoritaria hazara, escenario de algunos de los ataques más mortíferos de los últimos años en Afganistán. “Los estudiantes se estaban preparando para un examen cuando un terrorista suicida se inmoló en este centro educativo. Desafortunadamente, 19 personas murieron y otras 27 resultaron heridas”dijo Khalid Zadran, portavoz de la policía.
Este centro de formación prepara a los estudiantes, a partir de los 18 años, para las pruebas de acceso a la universidad. Los videos publicados en las redes sociales y las fotos publicadas por los medios locales muestran a las víctimas ensangrentadas siendo trasladadas desde la escena de la explosión. La mayoría de las víctimas son mujeres, señaló un periodista de la Agence France-Presse.
El techo del salón de clases se derrumbó por completo, las puertas y ventanas quedaron destrozadas por la explosión. Al mediodía, empleados municipales intentaron limpiar el piso cubierto de restos de sangre.
Los equipos de seguridad se desplegaron en el lugar mientras las familias acudían llorando a los diversos hospitales en busca de sus seres queridos. En al menos un hospital, sin embargo, los talibanes obligaron a las familias de las víctimas a abandonar el lugar por temor a que se lanzara un nuevo ataque en medio de la multitud. En la entrada de los hospitales donde se congregan las ambulancias se han colgado listas de muertos o heridos.
Un atentado suicida con bomba en un centro de aprendizaje en la capital afgana #Kabul ha matado al menos a 19 personas, vocero de la policía… https://t.co/DbYvY5B3ld
«Atacar objetivos civiles demuestra la crueldad inhumana y la falta de estándares morales del enemigo»agregó Abdul Nafy Takor, portavoz del Ministerio del Interior. El 20 de abril, al menos seis personas murieron y 24 resultaron heridas en dos explosiones que golpearon una escuela para niños en el mismo distrito en el oeste de la capital.
La educación, un tema sumamente sensible
Dasht-e-Barchi ha sido duramente golpeado en los últimos años y desde la vuelta al poder de los talibanes en 2021 por varios ataques reivindicados por EI-K, la rama regional del grupo yihadista Estado Islámico, que considera herejes a los hazaras.
En mayo de 2021, también se produjo una serie de explosiones frente a una escuela para niñas en el mismo distrito, que mataron a 85 personas, en su mayoría niñas de secundaria, e hirieron a más de 300. Primero explotó un coche bomba frente a la escuela, luego siguieron dos bombas más mientras los estudiantes salían corriendo.
El EI, que ya se había reivindicado en octubre de 2020 en un atentado contra un centro educativo (24 muertos) en la misma zona, tiene fuertes sospechas de haber perpetrado este atentado. Ataques más pequeños, reclamados por ISIS, todavía tuvieron lugar en Dasht-e-Barchi en noviembre y diciembre de 2021.
El regreso al poder de los talibanes en agosto de 2021 puso fin a dos décadas de guerra en Afganistán y provocó una reducción significativa de la violencia, pero la seguridad ha comenzado a deteriorarse en los últimos meses. La educación es un tema extremadamente delicado en Afganistán, ya que los talibanes impiden que muchas niñas regresen a la educación secundaria. El grupo Estado Islámico también se opone a la educación de mujeres y niñas.
En un tuit, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Manua) condenó el viernes un «acto atroz» y señaló que “La seguridad se está deteriorando en Afganistán”.