Air France aprovechó la crisis sanitaria para recuperar su salud


«Volvemos al negocio [“Nous sommes de retour aux affaires”] », dio la bienvenida, en inglés, a Benjamin Smith, CEO de Air France-KLM, con motivo de la presentación de los resultados anuales de la aerolínea, el viernes 17 de febrero. Es cierto que el líder canadiense tiene motivos para celebrar. Tras dos años de pérdidas abismales, la empresa franco-holandesa registró un beneficio neto de 728 millones de euros en 2022, frente a solo 290 millones de euros en 2019, el último año antes del estallido de la pandemia de Covid-19. Mejor aún, su beneficio operativo, que alcanzó los 1.200 millones de euros, también es superior al de 2019. Una vuelta a la forma que contrasta con las pérdidas de 7.100 millones de euros y 3.300 millones en 2020 y 2021.

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Paradójicamente, Air France-KLM parece haber salido de la crisis mejor armada que cuando entró. Juzguemos: en 2022, su facturación, establecida en 26.390 millones de euros, finalizó bastante cerca de la de 2019, que había tocado techo en 27.180 millones de euros. Sin embargo, la empresa solo transportó 83 millones de pasajeros, frente a los 104 millones antes de la pandemia. Air France-KLM ha recorrido un largo camino. En 2021, en medio de problemas de salud, había transportado solo 45 millones de pasajeros.

Además de sus resultados financieros de ingresos en verde, Benjamin Smith tiene otros motivos de satisfacción. Gráfico en apoyo, se jactó de que era “Air France que [ait] lideró la reanudación del transporte aéreo”. A la empresa le fue mejor que a sus rivales IAG, empresa matriz de British Airways, y Lufthansa. Para lograrlo, desplegó “el aumento de capacidad más ambicioso para sus clientes”. Ambicioso pero limitado, ya que fue solo el 85% del de 2019. Sin embargo, dijo el Sr. Smith, en 2022, las cabinas de su avión «se cumplieron mejor [que trois ans auparavant] ».

«Reestructuración»

A la vista, la empresa aprovechó la crisis para transformarse radicalmente. Su prioridad, según indicó su jefe, era firmar un convenio con el Sindicato Nacional de Pilotos de Línea (SNPL) “para aumentar la flota de Transavia”. El número de aviones de la filial de bajo coste se ha más que duplicado, pasando de unos cuarenta aviones a los casi 100 actuales.

Hasta el momento, la estrategia de Benjamin Smith, que ha optado por incrementar sus ingresos apostando por pasajeros de alta cotización y upgrading, ha sido validada por los hechos.

Al mismo tiempo, Air France redujo significativamente la actividad de su filial regional Hop!, “reemplazado por Transavia en Orly”. Una elección que ha aligerado sus cuentas. «Si no hubiéramos hecho esta reestructuración, hubiéramos perdido más de 300 millones de euros» en 2022, subrayó Anne Rigail, directora ejecutiva de Air France. Esta pérdida se habría sumado a los 250 millones de euros evaporados antes de la crisis. El período Covid también fue una oportunidad para que la compañía redujera costos, en particular al deshacerse de sus aviones más antiguos y que más combustible consumen para reemplazarlos por nuevos aviones que son mucho más sobrios y menos contaminantes.

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