Según el artículo de Variety, Nolan fue al teatro AMC Lincoln Square 13 de Nueva York para su experimento. Llevó a su esposa y a tres de sus hijos para participar en el experimento con él. La esposa de Nolan, Emma Thomas, también produjo «Oppenheimer», por lo que también tenía curiosidad por saber cuáles podrían ser las reacciones del público. «Normalmente no quiero ir», dijo, «pero en el momento en que llego, sucede algo mágico». Es tal como Nicole Kidman nos ha estado diciendo durante los últimos dos años: venimos a este lugar en busca de magia.
Nolan recordó la escena de «Oppenheimer», aproximadamente a la mitad de la película, cuando el personaje principal y su equipo de científicos están a punto de detonar una bomba atómica por primera vez. Hasta ese momento, la película ha recorrido la carrera de J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) y su determinación de crear una bomba tan poderosa que su mera existencia aterrorizaría al mundo y lo llevaría al pacifismo. La escena en cuestión incluye una larga cuenta atrás y muestra a decenas de personajes preparándose para el dramático momento de presenciar por primera vez una explosión atómica.
Nolan sintió que la multitud se callaba. Ellos también estaban absortos, esperando que detonara la bomba. En su opinión, fue extraordinario. Nolan dijo:
«Fue una experiencia extraordinaria estar allí. […] Todos los asientos estaban llenos y la atención en lo que sucedía en la pantalla era muy fuerte. Ese nivel de compromiso era algo que nunca antes había sentido. Se estaba prestando verdadera atención».
La casa IMAX en Lincoln Square 13 tiene 476 asientos, lo cual es mucho para una pantalla de ese tamaño. Nolan logró mantener la atención de la sala. Claramente, había hecho algo bien.