A pesar de tener acceso a un Rolls-Royce blindado, la princesa Diana de Gales prefería pasear por la ciudad en su descapotable Ford Escort rojo a mediados de la década de 1980. No hace falta decir que su equipo de seguridad no estaba muy emocionado con eso. No quería renunciar a su hot hatch, pero también necesitaba más protección, así que se encontró con su equipo de seguridad en el medio y le encargó al departamento de Ingeniería de Vehículos Especiales de Ford que le construyera un hatchback Escort RS Turbo S1 de 1985 personalizado. Aparentemente, la princesa insistió en un modelo Escort RS Turbo, una excelente elección, creemos, y que, junto a su prolífica filantropía, es solo un destello más en su brillante imagen real.
Ford solo ofreció el Escort RS Turbo S1 del 85 en blanco, pero el fabricante de automóviles sugirió pintar el Escort de Diana de negro e instalar una parrilla delantera del modelo base del Escort para ayudar a mantener la apariencia discreta del auto para la privacidad de la Princesa.
Una de las características más interesantes es el espejo retrovisor secundario que estaba destinado a ser utilizado por el oficial del Comando de Protección de la Realeza que acompañaba a Diana en el asiento del pasajero cada vez que conducía su Escort. Mientras Diana revisaba el espejo retrovisor normal para cambios de carril o maniobras de estacionamiento, el oficial del Comando de Protección usó su espejo para monitorear amenazas o paparazzi que lo seguían. También había un compartimento especial en la guantera para una radio, por lo que el oficial permaneció en contacto con su equipo.
Cinco años antes de que la princesa Diana muriera en un accidente automovilístico, su Escort RS Turbo S1 de 1985 se regaló como parte de un concurso de radio; solo tenía 12,000 millas en el odómetro. Después de eso, el Escort cambió de manos varias veces hasta que, en 2008, terminó en manos de un prolífico coleccionista de Ford Escort en el Reino Unido.
Ahora con 24,961 millas, el Ford Escort de Diana se vendió en Silverstone Auctions por el asombroso precio de £722,500 (aproximadamente $842,207). No sabemos quién compró el Escort, pero quienquiera que haya sido, De Verdad Quería esta pieza de la historia automotriz y real.