Desde Australia hasta Alaska, los ocho mil millones de terrícolas dejan atrás, el sábado 31 de diciembre de 2022, uno tras otro, un año lleno de acontecimientos, entre la guerra de Ucrania, la inflación y la coronación mundial de Lionel Messi, antes de entrar de lleno en 2023.
En Australia, Sydney fue una de las primeras ciudades importantes en tocar la campana en 2023, recuperando su título de “Capital mundial de Nochevieja” tras dos años de cierres y festejos sofocados por la variante Omicron. Desde entonces, las fronteras de Australia se han reabierto y más de un millón de personas presenciaron el lanzamiento de más de 100.000 dispositivos pirotécnicos en el puerto de Sydney.
En París, un millón de personas se reunieron en los Campos Elíseos en la amabilidad de una noche de invierno anormalmente cálida, a 15°C. A finales de diciembre de 2021, ante la progresión de la variante Omicron, el ayuntamiento de París tuvo que cancelar los fuegos artificiales y los conciertos previstos.
Le Monde con AP, AFP y Reuters
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