Asunto “falsos espías” de Renault: el principal acusado condenado a tres años de prisión, de los cuales un año está cerrado


L’affaire avait fait grand bruit en 2011. Treize ans plus tard, le principal prévenu au procès des « faux espions » de Renault, Dominique Gevrey, a été condamné jeudi 7 mars à trois ans de prison dont un an ferme par le tribunal correctionnel de París. Pasará este año bajo un brazalete electrónico, dijo el tribunal.

Declarado culpable de fraude e intento de fraude, Gevrey, de 65 años, ex funcionario de la Dirección de Protección y Seguridad de la Defensa (DPSD), convertido en seguridad privada y contratado por Renault en el seno del departamento de protección del grupo, también deberá pagar una multa. de 40.000 euros.

El tribunal también le prohibió permanentemente ejercer una actividad profesional en el ámbito de la seguridad y la inteligencia. Son compte en Suisse, crédité de plus de 65 000 euros, a été confisqué et M. Gevrey devra en outre payer au constructeur automobile la somme de plus de 318 000 euros (soit la somme escroquée à Renault) au titre du préjudice matériel subi par la firma.

Los otros dos acusados, Marc Tixador y Michel Luc, juzgados respectivamente por encubrimiento de violación del secreto profesional y complicidad en fraude y tentativa de fraude, fueron condenados respectivamente a dieciocho meses de prisión condicional y 20.000 euros de multa y seis meses de prisión condicional. y 5.000 euros de multa.

carta anónima

El caso comenzó con una carta anónima enviada el 17 de agosto de 2010 a cuatro altos directivos del fabricante para denunciar el pago de sobornos a empleados a cambio de información sensible sobre un programa emblemático de coches eléctricos de Renault.

El fabricante, entonces dirigido por Carlos Ghosn, se tomó el asunto lo suficientemente en serio como para abrir una investigación interna confiada a su departamento de protección. Ocultándose detrás de una fuente anónima en Bélgica, Gevrey dio los nombres de tres ejecutivos que supuestamente recibieron sobornos de cuentas en Suiza o Liechtenstein. De hecho, todo estuvo mal. Las carreras de los directivos de Renault, hasta entonces considerados empleados modelo, quedaron destruidas. En enero de 2011 fueron despedidos.

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Un hecho inquietante observado por la Fiscalía es que la DCRI (Dirección Central de Inteligencia Interna, antecesora de la DGSI) fue excluida de la investigación interna. Sólo cuando se hizo público el despido de los tres ejecutivos, la DCRI y el gobierno (entonces accionista del 15% de Renault) fueron finalmente alertados. En menos de un mes, la DCRI demostrará que ninguno de los tres ejecutivos en cuestión tuvo jamás cuentas bancarias en el extranjero y que el supuesto asunto de espionaje industrial fue inventado. Sólo uno de los empleados despedidos aceptó finalmente regresar a la empresa.

El mundo con AFP

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