Una camioneta llevó a Becker directamente a la cárcel de terror después de la condena. El ex recluso Chris Atkins, con quien habló RTL, describió la vida cotidiana allí en un libro. Lo primero que notó fue el ruido de fondo: «Gritos, gruñidos, ladridos, regaños, risas, llantos, discusiones, peleas, aullidos», describe algunas de las impresiones.
El lugar está lleno de «las personalidades más terribles que he visto en mi vida». Según fuentes de «Daily Mail», Becker podría tener allí su propia celda. Sin embargo, es probable que comparta celda. Allí no tendría posibilidad de retirarse. Allí solo se debe encontrar un piso de concreto y un inodoro sin asiento ni cortina.