Brasil registra una caída significativa en la deforestación del Amazonas menos de un año después de que Lula regresara al poder


Supervisadas muy de cerca por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, estas cifras tan esperadas resultaron ser muy positivas. El Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (INPE) publicó el jueves 9 de noviembre datos anuales sobre la deforestación en la Amazonía. Resultado: 9.001 kilómetros2 De agosto de 2022 a julio de 2023 se destruyeron bosques tropicales, una superficie equivalente al departamento de Dordoña, lo que supone una importante caída del 22,3% respecto al período anterior.

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El anuncio representa una verdadera victoria para Lula, que había hecho de la defensa del medio ambiente uno de los puntos fuertes de su victoriosa campaña contra Jair Bolsonaro. Bajo el mandato del expresidente de extrema derecha (2019-2023), la deforestación en la Amazonía había alcanzado cotas nunca vistas en dos décadas, con hasta 13.000 km2 devastado en 2021.

El éxito es tanto más sorprendente cuanto que las cifras actuales proceden de un sistema de detección, denominado “Prodes”, de indiscutible fiabilidad, que utiliza imágenes de satélite extremadamente precisas que van de 10 a 30 metros. Los datos futuros podrían ser aún más favorables al gobierno de Lula: los del 9 de noviembre incluyen cinco meses de gestión de Bolsonaro, habiendo Lula recién asumido el 1ejem Enero de 2023. Otro sistema de seguimiento por satélite utilizado, llamado “Deter”, menos preciso que el Prodes pero que emite alertas diarias, ha registrado una espectacular ralentización de la deforestación en la Amazonia en los últimos meses, hasta el 66% en julio.

Apoyo financiero a la agricultura “baja en carbono”

Según el gobierno, estos resultados habrían permitido evitar la liberación de 133 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera, el equivalente al 7,5% de las emisiones brasileñas. En detalle, la deforestación cayó un 42% en el estado de Rondônia, un 40% en el de Amazonas y un 21% en Pará. La única excepción: el estado de Mato Grosso, líder en producción de soja, donde la deforestación aumentó un 9%.

El conjunto es resultado de la política seguida por el Ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, que ya estuvo en el cargo de 2003 a 2008. A pesar de un Congreso hostil, donde dominan los partidos conservadores favorables a la agroindustria, y a pesar de un presupuesto particularmente ajustado heredado del período Bolsonaro, en pocos meses logró restablecer una serie de acciones enérgicas para proteger la Amazonia.

El Plan de Acción para la Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonia (PPCDAM), abandonado por el gobierno anterior, ha sido retomado. Se ha restablecido el apoyo financiero a la agricultura “baja en carbono”, al igual que los controles por parte de las agencias públicas. Según el gobierno, las denuncias de infracciones emitidas por la policía ambiental (Ibama) aumentaron un 104% en la Amazonia. Ambicioso, Lula se ha comprometido a reducir a cero la deforestación en la selva tropical para 2030. “No queremos conformarnos con los resultados ya obtenidos”dijo Marina Silva.

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