Cada vez más estudiantes caen en la precariedad


Un estudiante durmiendo en su coche, en Dunkerque (Norte). Otro que no encuentra alojamiento en Angers. Un tercero que roba una bandeja de pollo en un supermercado de París. El inicio del año académico es muy alarmante, informan todas las organizaciones estudiantiles, que afirman que ya tienen una gran demanda para ayudar a los jóvenes precarios.

Sólo bastaron unos minutos para que se agotaran las existencias de la distribución de 500 paquetes de alimentos de la asociación Cop1, en la Place du Panthéon, en París, el 8 de septiembre. “La asociación existe desde hace tres años, nos dijimos que no iba a durar… Pero la situación está empeorando”señala Benjamin Flohic, su presidente.

Cop1 publica el martes 12 de septiembre su encuesta realizada por el IFOP entre de dos muestras de cerca de 800 estudiantes cada una: una, compuesta por los únicos beneficiarios de las canastas de alimentos de la asociación, la otra, representativa de la población estudiantil. Esto ilustra claramente un fenómeno de empobrecimiento entre una parte de los jóvenes: el 36% de los estudiantes se privan regularmente de una comida por falta de dinero, y en este caso lo son el 58% de los jóvenes inscritos para la distribución de alimentos.

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“La población estudiantil ha vivido dos periodos muy complicadosrecuerda Flohic. El primero, que justificó la creación de nuestra asociación, durante los sucesivos confinamientos que provocaron que los estudiantes perdieran sus ocasionales trabajos y sus padres perdieran su empleo. Luego hubo una pequeña pausa y he aquí el segundo período, el de la espiral inflacionaria. »

El 61% ha abandonado la calefacción.

Entre los beneficiarios de Cop1, el 55% ya está en descubierto, el 33% tiene menos de 50 euros para terminar el mes una vez pagados el alquiler y las cargas. Y el 61% abandonó la calefacción el pasado invierno, frente al 39% del resto de la población estudiantil. “Más del 70% de los estudiantes que vienen a nosotros no están becados. De hecho, el tema de las becas está en el centro de todas las discusiones, porque esta ayuda ya no está calibrada en absoluto”.insiste Benjamín Flohic.

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“Cuando ya se están preparando las distribuciones de alimentos en septiembre, sabemos que el año va a ser muy difícil. En 2022, determinadas operaciones han atraído hasta 1.000 estudiantes »relata Eléonore Schmitt, portavoz del sindicato Student Union. “Está la punta del iceberg, es decir, los estudiantes que combinan trabajo y estudios y que, para algunos, abandonarán la universidad al cabo de seis meses. Y está la parte sumergida, que no vemos, con bachilleres que desisten de acceder a la educación superior por falta de medios económicos.subraya Félix Sosso, portavoz de la Federación de Asociaciones Generales de Estudiantes (FAGE).

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