Christophe Béchu al frente de un ministerio de ecología fortalecido, a pesar del desinterés del ejecutivo


Para afrontar los múltiples retos climáticos y medioambientales, Christophe Béchu, ministro de Transición Ecológica y Cohesión Territorial, cuenta ahora con todo su equipo. El jueves 8 de febrero, bajo su autoridad fueron nombrados dos ministros delegados (Guillaume Kasbarian, responsable de la vivienda; Patrice Vergriete, responsable de los transportes) y un secretario de Estado (Hervé Berville, responsable del mar y de la biodiversidad). Otro ministro delegado (Dominique Faure, encargado de las autoridades locales y de la ruralidad) y otra secretaria de Estado (Sabrina Agresti-Roubalche, encargada de la ciudad) serán compartidos con el Ministerio del Interior.

Desde la desaparición del Ministerio de Transición Energética, las cuestiones gestionadas por Béchu se han multiplicado, en particular la inmensa cuestión de la mitigación de los gases de efecto invernadero. un perímetro “matignonesco”desliza el séquito del ministro.

Para darle vida a este vasto espacio, Béchu se despliega en múltiples frentes. El jueves por la mañana, junto con el Ministro de Economía, Bruno Le Maire, se reunió con los actores económicos para presentarles los desafíos de “adaptar sectores al cambio climático” y anunciarles que el Estado garantizaría 2.000 millones de euros en préstamos verdes.

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Por la tarde visitó de nuevo a las víctimas de las inundaciones en Paso de Calais con el Primer Ministro, Gabriel Attal. Por la noche, defendió sus temas sobre France 2. Una hiperactividad que, sin embargo, enmascara mal el peso cada vez menor de los temas ecológicos en el gobierno.

Agenda golpeada por la crisis agrícola

Desde principios de año, Béchu vio por primera vez su agenda afectada por la crisis agrícola. Había colocado como prioridad para su primer semestre el trabajo en el tercer plan nacional de adaptación al cambio climático. Pero en cuanto los tractores paralizaron algunas prefecturas, fue invitado a todas las reuniones con los sindicatos agrícolas de Matignon. En cada discurso importante, el Primer Ministro se preocupaba de situarlo en el cuadro, justo detrás de él.

Esta comunicación no impidió que el Ejecutivo saliera de la crisis dando marcha atrás en materia de normas medioambientales, con un amplio plan de simplificación (recurso contra las megacuencas, setos, humedales, etc.). Una mano extendida a la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (FNSEA) que resultó en la «Apagando» del plan Ecophyto, “Es hora de encontrar un nuevo indicador”en palabras de Gabriel Attal, el jueves 1ejem FEBRERO.

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