Con seis templos de juego, el principado con alrededor de 39.000 habitantes tiene una densidad extremadamente alta de casinos y una fuente de ingresos muy lucrativa. En 2022, alrededor de 40 millones de francos ingresaron al tesoro estatal de las operaciones de juego. Para este año se pronostica un aumento adicional a alrededor de 43 millones.
La gente de Vorarlberg también contribuye a los ingresos. Para la gente del Oberland, el camino al casino en Liechtenstein es mucho más corto que en Bregenz. E incluso aquellos que están prohibidos en Austria pueden jugar a sus anchas en el país vecino.
Para Pierre Mitternöckler, portavoz de las empresas de apuestas de la Cámara de Comercio de Vorarlberg, la decisión no sorprende. “En Liechtenstein, la gente entendió rápidamente que la liberalización del mercado del juego puede hacer dos cosas por un país. Por un lado ingresos adicionales para el país, por otro lado el control de la oferta de juego.