La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano planean retomar las negociaciones de paz en noviembre. Así surge de un acuerdo firmado el 4 de octubre, en el que Venezuela, Cuba y Noruega actúan como garantes de los diálogos.
El vocero del Ejército de Liberación Nacional Antonio García (izquierda) y el vocero del gobierno colombiano Iván Danilo Rueda (derecha) firman un acuerdo entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Caracas, Venezuela, el 4 de octubre de 2022.
(dpa)
El nuevo gobierno de izquierda en Colombia y la organización guerrillera ELN quieren retomar sus conversaciones de paz. Se espera que se realicen en distintas localidades a partir de noviembre, según informó este martes (hora local) en la capital venezolana, Caracas, el Alto Comisionado para la Paz, Iván Danilo Rueda. Países como Cuba y Noruega deberían sentarse a la mesa como garantes de las conversaciones.
El secretario general de la ONU, António Guterres, acogió expresamente la decisión. «Él espera que los colombianos puedan demostrar una vez más que incluso los conflictos más tenaces pueden resolverse a través del diálogo», dijo el vocero Stéphane Dujarric. La resolución del conflicto es crucial para la paz en el país.
El gobierno anterior del presidente conservador Iván Duque había interrumpido los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) luego de que el ELN bombardeara una academia de policía en Bogotá en 2019. Después de asumir el cargo en agosto, el nuevo presidente Gustavo Petro, un exguerrillero, reinició el proceso de paz en el país de la antigua guerra civil de Colombia.
El objetivo es implementar consistentemente el acuerdo de paz con la organización guerrillera de izquierda FARC, reanudar las negociaciones rotas con el grupo rebelde más pequeño ELN y también entablar un diálogo con las numerosas bandas criminales. Diez grupos criminales declararon recientemente un alto el fuego unilateral.
Durante 52 años, el país sudamericano sufrió una guerra civil entre rebeldes de izquierda, paramilitares de derecha y militares. 220.000 personas murieron y millones fueron desplazadas. Luego del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC en 2016, la situación de seguridad inicialmente mejoró. Sin embargo, muchos luchadores han vuelto a pasar a la clandestinidad. Una y otra vez, sindicalistas, activistas sociales y ecologistas son asesinados deliberadamente.