COMENTARIO INVITADO – Sócrates y Chat-GPT – La escritura en el mundo postliterario


La historia de la humanidad está sujeta a cambios mediáticos. Entre los antiguos griegos, la cultura oral fue reemplazada por la escritura; hoy en día, esta se delega cada vez más a las máquinas. Esto abre un nuevo potencial para la lectura, pero también para el diálogo.

¿Qué diría Platón sobre la nueva tecnología de generadores de texto?

Imagen

La escritura es una tecnología antigua. Pero cuando era nueva, se lamentaba por el declive de la cultura como resultado de la “tecnificación de la palabra”. Como es bien sabido, Platón no valoraba mucho la palabra escrita. Las Escrituras no responden. Sólo el diálogo nos acerca a la verdad.

¿Qué diría Platón sobre la nueva tecnología de generadores de texto? En un momento del diálogo “Fedros”, el Sócrates platónico proporciona información. Las Escrituras sólo dan a los estudiantes (…) la apariencia de sabiduría, no la verdad misma. Oyen (…) muchas cosas sin ninguna instrucción real y ahora piensan que han adquirido conocimientos sobre muchas cosas, mientras que en su mayoría ignorantes y además difíciles de tratar porque se creen sabios en lugar de serlo (…). Busque con confianza en las Escrituras [die Schüler] recordar mediante signos extraños en el exterior y no mediante la propia fuerza interior.»

simulación de escritura

Reemplace la escritura con Chat-GPT y la crítica de Sócrates estará de moda. No se trata de tecnología, sino de la relación entre tecnología y personas. La tecnología es, para usar una fórmula común aquí, la delegación de activos humanos a dispositivos. Según Platón, delegamos el recuerdo al “dispositivo” de la escritura, razón por la cual esta capacidad se atrofia y conduce a la decadencia de la cultura oral –en última instancia, del pensamiento.

La cultura se desarrolla desde la oralidad hasta la alfabetización, la digitalidad y de nuevo a la oralidad.

Ahora escuchamos “mucho de Chat-GPT, sin ninguna instrucción real”. Su capacidad, digamos, es simplemente generar una nueva secuencia de bits a partir de una secuencia de bits utilizando un algoritmo transformador. ¿Así que lo que? ¿A esto lo llamas “escritura” o no? Si bien a menudo ya no es posible distinguir el texto generado por una máquina del texto generado por humanos, se puede prescindir de la diferencia entre simular escritura y escribir.

El desempeño de la lectura.

Esta tesis apunta directamente al corazón de nuestra cultura, la educación. Y la educación hoy significa principalmente: aprender habilidades. Las máquinas también hacen eso. Aprendes a simular la escritura. ¿Por qué el estudiante debería quedarse atrás? ¿A quién damos fe ahora de autoría, al híbrido estudiante-máquina? Está surgiendo un mundo posliterario en el que la alfabetización como técnica cultural consagrada parece estar perdiendo importancia. ¿El estudiante vive la “muerte del autor” para dramatizar la situación con el famoso dicho de Roland Barthes?

Aquí regresa sorprendentemente la tesis de Platón de que el diálogo es la forma más elevada de expresión del argumento humano. Si puedes generar textos sin esfuerzo, el verdadero logro no está en escribir sino en leer. Por ejemplo, ¿por qué no dejar que el alumno lea él mismo “su” texto, lo interprete y saque conclusiones de él? También sería concebible que el alumno no entregue nada final con “su” texto, sino más bien materia prima, a partir de la cual ahora tenga que demostrar sus habilidades “coram publico”, en el discurso, literalmente: en un back- Conversación ininterrumpida con el profesor y sus compañeros.

Recordatorio de tus propias habilidades.

En cualquier caso, la ironía es obvia: la cultura se desarrolla de la oralidad a la alfabetización, a la digitalidad y de nuevo a la oralidad. No se trata de un paso atrás, sino más bien de una dialéctica de la tecnología. En el transcurso del progreso, hemos delegado tantas capacidades a las máquinas que ahora surge la pregunta: ¿qué queremos realmente poder hacer “nosotros los humanos”?

Lo primero que hay que hacer es romper con la mirada fija de Chat-GPT y cuestionar la relación exclusivamente técnica con el texto que define a Chat-GPT. ¿Qué aprendemos realmente escribiendo? ¿Solo generar textos? ¿No quieres también agudizar tu conciencia de todos los matices del mundo? ¿Separar discursivamente lo verdadero de lo falso? ¿Conocer las perspectivas de otras personas? ¿Cultivar el estilo como forma de desarrollo de la personalidad? Y: al escribir, ¿no es a menudo más importante el viaje que el destino?

Estas preguntas hacen relevante uno de los conceptos centrales de Platón: la memoria. Despojado de su significado metafísico, se puede interpretar de la siguiente manera: la máquina “recuerda” a las personas lo que realmente pueden hacer. Saca las técnicas culturales tradicionales de la evidencia irreflexiva. Platón llama a esto “mayéutica”: el arte de la partería.

Hoy asignó a la escuela una tarea “obstétrica”. Esto consistiría, entre otras cosas, en repetir técnicas orales menos vistas, como la recitación o el dictado. Esto no tiene nada que ver con ejercicios de la vieja escuela, sino más bien con agudizar la capacidad de diferenciar entre lo que el alumno puede hacer por sí mismo y lo que quiere delegar a la máquina. Delegar en particular es la tentación constante de “pensar que eres sabio en lugar de serlo”.

Sócrates no se opone radicalmente a las Escrituras. Es útil, dice, cuando se continúa “en el alma del alumno”. Una definición pasada de moda de educación real. ¿Aún los entiendes?

Eduardo Kaeser Es físico y tiene un doctorado en filosofía. Trabaja como docente, periodista autónomo y músico de jazz.



Source link-58