Una defensa autónoma de Suiza se ha vuelto ilusoria. Solo con el apoyo de la OTAN podemos protegernos de los peligros actuales.
Reclutas de la infantería RS 5 en Colombier. Todavía no tienen que demostrar sus habilidades en las maniobras de la OTAN.
Imaginemos el siguiente escenario por el momento: el presidente Putin está en una situación desesperada con el avance de las tropas ucranianas. Para salvar el pellejo, recurre a un último recurso para detener la ofensiva. Lleva a cabo sus amenazas y decide atacar Europa occidental con misiles balísticos con la esperanza de imponer un alto el fuego. Si ataca a un país de la OTAN, inmediatamente moviliza a toda la alianza de defensa transatlántica contra él debido a la obligación de alianza en virtud del artículo 5. Por lo tanto, podría ocurrírsele atacar primero una infraestructura crítica en un país neutral como Suiza, que no representa una amenaza militar para él, para hacerse eco de su amenaza.