Cómo las células cancerosas, extraídas de un paciente sin su conocimiento, revolucionaron la medicina moderna


En todo el mundo, estas células robadas a Henrietta Lacks se usan una y otra vez. En 1951, células de tumor fueron tomadas de este americano que sufre de un cáncer deslumbrante de la cuello uterino. Todo sin saberlo. En las décadas siguientes, las células HeLa se utilizaron para importantes descubrimientos biológicos, genéticos y terapéuticos.

En ese momento, los investigadores descubrieron que las células Hela podían cultivarse in vitro, es decir, fuera del cuerpo humano, y multiplicarse hasta el infinito. Anteriormente, la mayoría de las células cultivadas morirían rápidamente en sus medios una vez extraídas, mientras que las de Hela proliferarían.

11.000 patentes registradas

Una novedad que revolucionará la investigación médica. “Es una herramienta extraordinaria. Permite tener una gran cantidad de células idénticas”, explica el genetista Philippe Froguel, profesor de la Universidad de Lille y del Imperial College London. Este factor de reproducibilidad es una ventaja para la investigación médica. «Esto hace posible probar hipótesis, e incluso introducir virus en estas células para hacer vacunas“, continúa Philippe Froguel.

Se debe en particular a las células Hela, el desarrollo de una vacuna contra la polio, y que contra el virus del papiloma, responsable del cáncer de cuello uterino. Incluso si desde entonces han aparecido otras células de este tipo, estas prolíficas células continúan llenando los frigoríficos de los laboratorios al servicio de la investigación médica. Un libro publicado en 2010, titulado La vida inmortal de Henrietta Lacks, estima que se han presentado 11.000 patentes basadas en células Hela. Después de 70 años de batalla legal, los descendientes de Henrietta Lacks acaban de obtener una compensación económica del laboratorio que opera este patrimonio médico «mimado».



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