Si tuviera que adivinar, diría que se trataba menos de que O’Bannon y Shusett hicieran una gran declaración sobre la identidad de género y más de permitir la libertad de casting, pero cualquiera que fuera la intención, el resultado fue que terminaron eligiendo a Sigourney Weaver como Ripley. y Veronica Cartwright como Lambert y no las reescribió para que fueran más tradicionalmente femeninas. Son sólo miembros de la tripulación, no diferentes de sus homólogos masculinos. Todo eso se sumó a una dinámica interesante en la que el público no podía confiar en sus expectativas sobre cómo se desarrollan ciertos roles masculinos o femeninos en películas como esta.
Sí, tenemos una escena de ropa interior gratuita con Ripley en el último acto, pero fácilmente podría haber sido Tom Skerritt en calzoncillos si el casting hubiera ido en una dirección diferente.
Lo que nos queda después de la revelación en “Aliens” es una dimensión extra añadida a Lambert como personaje. Ella es trans, sí, pero esa tampoco es su característica definitoria. Ella es simplemente una persona que fue la cara de sorpresa y los ojos aterrorizados del público durante todos los horrores de esa primera película y eso es todo lo que tenía que ser.
Tal vez algún día lleguemos a un punto en el que esa sea la norma y el origen étnico, la orientación sexual y el género de una persona sean vistos simplemente como pequeños detalles de su individualidad general y no como la principal conclusión para los espectadores.