Cómo Orwell puede ayudarnos a entender el siglo XXI


«A los cincuenta todos tienen la cara que se merecen», escribió George Orwell (1903-1950). Ciento veinte años después de su nacimiento, el suyo se ha convertido en un icono. Granja de animales es un clásico, una sátira estudiada por universitarios de todo el mundo, una fábula que descifra el totalitarismo y su mecánica. 1984 es un éxito de ventas planetario que arroja luz sobre la vigilancia digital globalizada y sobre la era de la conspiración y “posverdad”. La neolengua o el Gran Hermano han penetrado en el lenguaje cotidiano; las nociones de “decencia ordinaria” y “doble pensamiento” han ganado el mundo de las ideas. Si el XIXmi siglo fue Balzacian, el XXmi Kafkiano, el XXImisiglo se ha vuelto orwelliano.

Este artículo está tomado de “Edición especial Le Monde – Una vida, una obra: George Orwell sigue siendo inquietante2023. Este número especial está a la venta en quioscos o en Internet visitando nuestro sitio boutique.

Su figura de reportero antitotalitario y escritor visionario es un auténtico estandarte. Para muchos, Orwell es un mirador, un faro. Por no hablar de su legado sin voluntad disputado por populistas y anarquistas, conservadores y progresistas. Una captura política operada en particular por una derecha política y mediática confundida por el colapso del mundo de ayer, que busca en George Orwell un apoyo para su retórica reaccionaria. Una tosca recuperación ideológica, pero reveladoras técnicas de falsificación del pasado que el propio Orwell se había enjuagado, pues no dejaba de repetir que cada una de las líneas que había escrito desde 1936 era “contra el totalitarismo y por el socialismo democrático”.

Frente a la reescritura de la historia por parte de editorialistas nacional-populistas, se hace necesario recordar: Orwell no es de derecha, sino de izquierda. Y no es ni reaccionario ni conservador. Como lo demuestra esta respuesta inapelable dirigida el 15 de noviembre de 1945 a Katherine Marjory, duquesa escocesa de Atholl, quien lo invitó a una reunión anticomunista organizada por la Liga para la Libertad Europea: “No puedo asociarme con una organización esencialmente conservadora, que pretende defender la democracia en Europa, sin tener una palabra contra el imperialismo británico. » No olvide especificar con la mayor claridad: “Yo pertenezco a la izquierda y es dentro de ella que tengo que trabajar. “El riesgo con un icono es apegarse más a su vida que a su obra”, advierte Jean-Jacques Rosat, filósofo y autor de crónicas orwellianas (Collège de France, 2013), quien editó y prologó tres de sus libros en francés en las Éditions Agone. Imposible sin embargo, con Orwell, disociar su vida de sus escritos.

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