Compórtate, hijo. Entonces te matarán al último». En «Los Reyes Del Mundo» los jóvenes deben abrirse camino en el interior de Colombia


El drama ganó el premio principal en el Festival de Cine de Zúrich el año pasado. La directora Laura Mora exige un viaje intensivo a sus actores aficionados –y también al público.

El director Mora concede gran importancia a mostrar la vulnerabilidad detrás de la fachada machista de los chicos.

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El cielo aún está oscuro, nubes grises cuelgan bajas sobre la ciudad. La cámara se mueve lentamente a lo largo de los puestos abandonados. Las calles están vacías. Solo un caballo se pierde en la encrucijada. El semáforo está en verde, pero el moho no se mueve. La película de Laura Mora tarda un momento en despertar del sueño.

El silencio del comienzo es engañoso, como tantas imágenes atmosféricas de «Los Reyes Del Mundo». Un corte es suficiente y reina el caos, la vida cotidiana en la pobreza, la realidad brutal. Y Rá (Carlos Andrés Castañeda), de 19 años, está justo en el medio. Es el líder de la manada en su círculo de amigos, una especie de hermano mayor para sus cuatro compañeros, a quienes de alguna manera, en algún momento, reunió a su alrededor. Ahora se abren camino a través de las agitadas calles de Medellín, cuidándose unos a otros. Juntos están en busca de una vida mejor, tal vez incluso la libertad. En su mundo incierto, esa es una gran palabra.

Eso parece mucho al principio, y Mora quiere mucho en su tercer largometraje, por el que ganó el premio principal tanto en el Festival de Cine de San Sebastián como en el Festival de Cine de Zúrich en 2022. Simbolismo y realidad se fusionan inseparablemente en su puesta en escena. El director colombiano reconoce que no se puede contar la verdad a través del realismo lineal. El viaje al que envía a sus jóvenes protagonistas es a veces soñador, a menudo amenazante y constantemente intenso. No todo sale bien al final, pero Mora ha realizado una película cinematográfica atmosféricamente densa, inteligente y de alto contraste.

Suavemente desacelerado

Rá es uno de los miles de desplazados en su propio país. Durante mucho tiempo luchó por la propiedad que una vez le fue arrebatada a su familia por los paramilitares. Ahora debería volver a pertenecerle, según una carta oficial del gobierno, que él mismo no puede leer. Pero no importa También sabe lo que significa el veredicto para él y sus amigos. Tiene una foto vieja y arrugada de la casita que atesora.

Sin perder mucho tiempo, Rá y su escuadrón se dirigen al interior de Colombia. Su viaje se caracteriza inicialmente por una sensación de ingravidez, como si crecer fuera una eterna aventura sin límites, sin peligro, sin disciplina. Despreocupados, viajan en la parte trasera de un camión a una velocidad vertiginosa, envidian a un rebaño de vacas por su descuido y prueban su hombría en una cerca eléctrica. Por un momento, que Mora desacelera cinemáticamente con cuidado, parece como si hubieran dejado atrás toda la violencia y la miseria con la ciudad.

En la parte trasera de un camión, corres despreocupado por el interior.

En la parte trasera de un camión, corres despreocupado por el interior.

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La directora, nacida en 1981 y aclamada internacionalmente por su ópera prima «Matar a Jesús» en 2017, tiene ojo para los lugares que filma. Ella misma viene de Medellín, y se nota que conoce bien el ajetreo y el bullicio de la gran ciudad. Pero también captura el paisaje colombiano con ojo alerta en imágenes más sutiles, no menos drásticas. La ligereza en «Los Reyes Del Mundo» siempre es efímera. En cada etapa de su viaje hacia lo desconocido, se advierte a los extraviados, que son abandonados a su suerte: “Compórtate, hijo”, aconseja una mujer una vez, “entonces serán los últimos en matarte”.

Noche surrealista en el burdel

Mora concede gran importancia a mostrar la vulnerabilidad detrás de la fachada machista de los jóvenes. Pasan una noche misteriosamente surrealista en un burdel antes de que unos lugareños los secuestren poco después. Todos escaparon menos uno, incluidos los papeles de Rá que confirman la propiedad de la propiedad. Cuanto más se acercan a su objetivo, mayor es la tensión, también entre ellos. Pero todavía tienen el mayor obstáculo por delante: un funcionario de la oficina del gobierno local.

La historia tiene lugar en el límite constantemente fluido entre lo real y lo mágico: el sofisticado trabajo de cámara no deja de lado ningún truco cinematográfico en este sentido. La dinámica se intensifica por el estado de ánimo fluctuante de los niños en su viaje. Debido a la energía anárquica de los actores aficionados, la trama episódica a veces puede parecer errática e indisciplinada. Pero «Los Reyes Del Mundo» es sin duda una experiencia sensorial inquietante, melancólica, embriagadora.



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