Las lagunas en la normativa se deben principalmente a la lentitud de la ley en cuanto al avance del conocimiento (un clásico), pero también al hecho de que las PFAS se cuentan por miles (al menos 10.000, tal vez varios millones) y que los europeos las regulaciones funcionan sustancia por sustancia. Solo algunos de ellos están regulados (PFOA, PFOS y una docena más). Por eso la restricción universal de PFAS, que se está discutiendo a nivel europeo, es histórica porque prohibiría a toda la familia a la vez.
Numerosos estudios documentan los efectos de la exposición a PFAS en la salud humana. Quince enfermedades están ahora relacionadas con estas sustancias. Los estudios en humanos se realizan principalmente en puntos calientes, como alrededor de fábricas o lugares contaminados por el uso de espumas contra incendios.
Entre estas condiciones: peso reducido de los bebés al nacer, fertilidad o respuesta inmune a las vacunas en los niños; mayor riesgo de cáncer de mama, riñón o testículo; enfermedades de la tiroides; colitis ulcerosa ; aumento del colesterol y de la presión arterial, y preeclampsia en mujeres embarazadas; riesgos cardiovasculares.
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