Takashi Miike no es ajeno a la controversia. La mayor parte de su cine extremo, que incluye películas de gánsteres ultraviolentas y relatos de terror que presentan perversidad sexual y gore exagerado, ha sido objeto de extensas críticas y escrutinio. Sin embargo, Miike no se entrega simplemente al extremo por el valor de la sorpresa. Sus historias incorporan de manera inquietante miedos humanos profundamente arraigados (muchos de los cuales se remontan a la historia y el folclore) en escenarios pragmáticos cotidianos. Miike nunca se detiene, ya que infunde a cada película que hace cualidades que reflejan su estética excéntrica y su perspectiva disruptiva.
Como resultado, cuando Mick Garris se acercó a Miike y le pidió que contribuyera a «Masters of Horror» sin ninguna limitación artística, el director, naturalmente, hizo todo lo posible. Sin embargo, un Miike ilimitado y sin control era demasiado para la sensibilidad de las cadenas de televisión. Si bien Garris se mostró receptivo a una versión editada más suave, Showtime consideró que el episodio no se podía transmitir por completo. Miike compartió sus pensamientos sobre la cancelación del episodio con BD:
«Todos me decían que Estados Unidos es un país libre y que realmente podía hacer lo que quisiera. Es televisión por cable, así que no te contengas y haz que sea lo más aterrador posible. Así que hice eso y cuando lo mostré a los productores en Japón, les dijeron: ‘Sé que les dijimos que pueden hacer cualquier cosa, pero esto es ir demasiado lejos. Esto es demasiado lejos'».
Aunque es desafortunado que «Imprint» no pudiera llegar a la televisión por cable junto con el resto de «Masters of Horror», es crucial apreciar la mecánica de la sórdida historia de Miike. La naturaleza inquietante y macabra de la historia seguramente inducirá sentimientos de repulsión e inquietud, lo cual, diría, es una de las muchas facetas de la narración de terror efectiva.