Se descubre al padre Francisco acribillado de flechas como San Sebastián, continuando con el tema de los cuerpos de las víctimas dispuestos en poses cristianas. Todavía tiene vida suficiente para decirle a Merrin que Cheche está poseído y necesita un exorcismo urgente.
Merrin va a la iglesia y encuentra a Rachel bajo la influencia del demonio. Ella le dice que el demonio le ofreció la oportunidad de reescribir su pasado. Merrin confronta brevemente al demonio, quien le dice que Rachel traicionó a sus amigos en el campo de concentración. ¿Es cierto, o el Diablo está haciendo sus viejos trucos?
Luego regresa a la ciudad y ora a Dios. En una escena que se parece un poco a «John Wick» desenterrando sus armas, Merrin saca algunas vestimentas sacerdotales y se dirige a la iglesia para realizar el rito. El demonio también le ofrece la oportunidad de cambiar la historia y limpiar su aplastante culpa. En una visión, Merrin desarma al oficial de las SS y le dispara, lo que hace que los soldados alemanes abran fuego y maten a todos de todos modos, incluido el sacerdote. El demonio se burla de la culpa de Merrin y lo alienta a «dejar de preocuparse».
Mientras tanto, todo comienza en la ciudad. Una espeluznante aurora, que parece un efecto especial de «Exorcist II: The Heretic», brilla en el cielo mientras Rachel se prepara para cortarse la garganta y los guerreros Turkana atacan a los soldados británicos.
Afortunadamente, Merrin recupera su fe justo a tiempo y exorciza al demonio, evitando múltiples muertes y devolviendo a Cheche a su anterior estado de discapacidad. Un anciano de Turkana advierte a Merrin que se ha convertido en enemigo del demonio, poniendo muy bien la mesa para «El exorcista». Merrin se despide tiernamente de Rachel y se adentra en la arena, listo para volver a ser sacerdote.