Sébastien Le Belzic (corresponsal en Tel Aviv) / Créditos de las fotografías: NIR KEIDAR / ANADOLU / Anadolu vía AFP
Desde el inicio de la guerra, más de 200.000 israelíes han sido desplazados de comunidades alrededor de la Franja de Gaza y en la frontera norte del país, según el gobierno. Muchos de estos refugiados ya han sido instalados durante un mes en hoteles y apartamentos prestados gratuitamente gracias a la solidaridad nacional.
En el corazón de la Ciudad Blanca, el centro histórico de Tel Aviv, el Hotel Alma es un edificio protegido que data de 1925. Un hotel de cinco estrellas transformado en un campo de refugiados. Fernand, de 79 años, llegó a la capital con siete miembros de su familia. «Allí donde estábamos era un infierno. No podemos salir. Mi mujer todavía está traumatizada. En cuanto alguien grita en la calle, pensamos que algo está pasando», explica este hombre.
“Llegaron con problemas psicológicos o físicos”
Los rodean 25 voluntarios, incluida Lena, de 24 años. No reciben ayuda estatal. La comida se ofrece en un restaurante cercano y los propietarios proporcionan habitaciones de forma gratuita.
«Intentamos crear una burbuja en la que las familias se sintieran seguras para responder a la precariedad extrema. Llegaban con angustia psicológica o física. Había gente que llegaba incluso en pijama», afirma el voluntario. Oficialmente, el gobierno no prevé un regreso a las zonas evacuadas en la frontera entre Gaza y el Líbano antes del 31 de diciembre de 2023.