Dos años después, La Francophonie celebra su cincuentenario en un contexto de crisis


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La secretaria general de la OIF, Louise Mushikiwabo, en Doha el 8 de agosto de 2022, durante la firma de un acuerdo entre la junta chadiana y los grupos de oposición para iniciar conversaciones de paz.

Tras dos aplazamientos, el primero en 2020 por la pandemia del Covid-19, el segundo en 2021 por la crisis política que provocó el presidente Kaïs Saïed al otorgarse la mayor parte de los poderes ejecutivos, la celebración en Djerba, sábado 19 y domingo 20 de noviembre , desde 18mi La cumbre de la Francofonía es en sí misma una victoria diplomática para el jefe de Estado tunecino.

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Mientras varios Estados miembros de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), Canadá en primer lugar, se preguntaron por un momento sobre la pertinencia de mantener el encuentro en Túnez en un momento en que se vive un retroceso democrático, 31 líderes de Estado y gobierno finalmente se espera en una isla colocada bajo alta vigilancia policial y militar. Entre ellos, el presidente francés, Emmanuel Macron, una decena de jefes de Estado africanos y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

«Muchos países dijeron que no estaban muy contentos, pero no vale la pena cambiar de destino para esta cumbre», justifica la secretaria general de la OIF, Louise Mushikiwabo, en el set de‘“ Internacionales», un programa de TV5 Monde en colaboración con El mundo, al tiempo que enfatiza la “pocos estados en el mundo en buen orden democrático”.

Louise Mushikiwabo, única candidata a su sucesión

Esta cumbre celebrará, por tanto, con dos años de retraso, el 50 aniversario de una organización de 88 miembros de la que Túnez fue uno de los países fundadores bajo su presidente Habib Bourguiba, junto con el senegalés Léopold Sedar Senghor, el nigeriano Hamani Diori y el camboyano Norodom Sihanouk. Tras la rareza de la inauguración del pueblo de La Francophonie, adonde finalmente no acudió el presidente tunecino el pasado 14 de noviembre, uno de los temores de los responsables de la organización, en vísperas del levantamiento del telón, era que el anfitrión pronunciará su discurso de apertura ante las 85 delegaciones que han confirmado su presencia en árabe en lugar de en francés.

Sea como fuere, para Louise Mushikiwabo, exjefa de la diplomacia ruandesa presentada habitualmente como posible sucesora del presidente Paul Kagame, el futuro inmediato está trazado. Tras su elección en 2018 en Armenia, en particular gracias a las voces del continente africano y de Francia -ansiosa por reconciliarse con Kigali-, esta tiene garantizada la renovación para los próximos cuatro años, a falta de otros candidatos.

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Lo cierto es que en un contexto de crisis del multilateralismo agudizado por la guerra de Ucrania, y mientras el autoritarismo se muestra ahora sin complejos, su margen de maniobra para llevar a cabo mediaciones es estrecho. Sobre todo porque desde su elección, el mundo francófono no se ha librado. Líbano se encuentra en medio de un hundimiento económico, Haití vio cómo su presidente Jovenel Moïse era asesinado en su casa en 2021, Chad también perdió a su jefe de Estado, Idriss Déby, asesinado en acción el mismo año antes de que su hijo lo sucediera. Y Malí, Guinea y Burkina Faso ahora están gobernados por soldados que llegaron al poder después de un golpe de estado.

El creciente rechazo a Francia y su política

Otra crisis debería estar en el menú de discusiones a puerta cerrada entre los líderes presentes en Djerba: la que enfrenta actualmente la República Democrática del Congo (RDC), el mayor país francófono del mundo, que vuelve a acusar a Ruanda de apoyo militar los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) en el oriente del país, pruebas de Naciones Unidas en apoyo. Pero en ausencia del presidente Félix Tshisekedi, que finalmente canceló su visita, no se puede organizar ningún encuentro bilateral entre los jefes de Estado congoleños y ruandeses –se espera Paul Kagame–, como ocurrió en Nueva York el 21 de septiembre al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas, por iniciativa de la presidencia francesa.

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Para París como para la OIF, esta cumbre debería ser también una oportunidad para reflexionar sobre el creciente rechazo hacia Francia y su política que se expresa entre los jóvenes del África francófona. “Este momento nos incomoda, pero la lengua francesa no se va a ir de África […] El francés es un idioma elegido por necesidad por los Estados después de la colonización. dice Louise Mushikiwabo. Uno de los temas de la sesión a puerta cerrada entre los jefes de Estado será también la “desconfianza ciudadana”.



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