Cuando «Minka» se subió detrás de la cocina y una estufa de azulejos, no tenía idea de lo que le sucedería en los próximos días: ¡el gato de Kitzeck estaba completamente encerrado y no podía ni avanzar ni retroceder!
El viernes, la situación desesperada llegó a un final feliz: cinco bomberos de FF Fresing-Kitzeck desmantelaron los muebles y parte del piso. Después de dos horas y media hubo un gran reencuentro con la mamá gato. Por suerte su gatito salió ileso.