El Consejo Constitucional deberá pronunciarse sobre las sanciones logísticas impuestas por E.Leclerc a los proveedores


EL Consejo Constitucional se abordó una cuestión prioritaria de constitucionalidad (QPC) relativa a las sanciones logísticas impuestas E. Leclerc a proveedores agroindustriales, y que le valió una orden judicial de las autoridades en 2022, según comunicados de prensa del viernes por la noche. A finales de 2022, E.Leclerc fue objeto de una orden judicial subestricta emanada de la dirección regional e interdepartamental de laeconomíaEmpleo, Trabajo y Solidaridad (DRIEETS) de Ile-de-France, obligándole a “modificar las cláusulas de los contratos celebrados con sus proveedores en materia de sanciones logísticas”, indica el Consejo de Estado en una decisión dictada el 9 de febrero.

Cuestión prioritaria de constitucionalidad

El máximo tribunal administrativo precisa que el líder de la gran distribución de alimentos en Francia planteó una cuestión prioritaria de constitucionalidad, al considerar que la decisión de la administración ignoró en particular «el principio de legalidad de las infracciones y de las penas». El Consejo de Estado consideró que los textos legales no «definen el ‘margen de error suficiente’ que el distribuidor está obligado a conceder a su proveedor en los contratos celebrados con él» antes de imponer una sanción logística. Este punto «plantea una cuestión grave» y, por tanto, hay «motivos para remitir al Consejo Constitucional la cuestión prioritaria de constitucionalidad invocada», decidió el Consejo de Estado.

El Consejo Constitucional confirmó el viernes por la tarde que se había ocupado de esta cuestión. Las sanciones logísticas están previstas en los contratos que los supermercados firman con sus proveedores. En el marco de las negociaciones comerciales, ambas partes acuerdan el precio de compra de un producto, pero también sus condiciones de entrega. Si no se respeta el contrato, se pueden aplicar sanciones.

Pero el Gobierno, basándose en particular en el trabajo de la Agencia de Lucha contra el Fraude (DGCCRF), estimó que algunos distribuidores desvían estas sanciones «para restablecer su salud financiera» a expensas de los proveedores. A finales de septiembre de 2022, pidió una “moratoria de las sanciones logísticas”, petición que no era en modo alguno vinculante. En ese momento, las autoridades indicaron que cuatro marcas de distribución de alimentos, cuyas identidades no se habían hecho públicas, debían cumplir la normativa, «bajo pena de sanciones económicas de varios millones de euros».



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