El Consejo Federal quiere obligar a las empresas a informar sobre sus beneficiarios reales y promete que esto difícilmente supondrá trabajo adicional para las PYME.


Según el gobierno estatal, Suiza necesita nuevas medidas de defensa contra el blanqueo de dinero. Sobre todo, un registro federal de quienes controlan empresas y fundaciones en el país. Sin embargo, ella sólo quiere poner los datos a disposición de las autoridades y los bancos, pero no de los periodistas.

Las empresas suizas, como aquí en Zurich, tendrán que enviar en el futuro más datos sobre sus beneficiarios finales a Berna.

Christian Beutler

El Consejo Federal sigue trabajando en su obra permanente para luchar contra el blanqueo de dinero. Tres años después de la última reforma y bajo la presión del exterior, quiere intensificar nuevamente esta lucha. El miércoles presentó a consulta un proyecto de ley que contiene un colorido ramo de nuevas medidas defensivas.

En primer lugar, quiere someter a los abogados a la debida diligencia cuando crean empresas para sus clientes o compran inmuebles. En segundo lugar, se creará en Suiza un registro nacional de todos los beneficiarios reales que ejercen control sobre personas jurídicas como empresas, sociedades de inversión o fundaciones. Con ello se pretende que a los delincuentes les resulte más difícil blanquear su dinero a través de empresas suizas y esconderse detrás de testaferros.

Comprar una casa en efectivo está bajo la ley

En tercer lugar, el Consejo Federal quiere complementar el paquete con algunas medidas más pequeñas que afecten, por ejemplo, a los comerciantes de bienes raíces y oro. A partir de ahora, la obligación de diligencia según la Ley contra el blanqueo de capitales se aplica siempre cuando la compra de una vivienda se realiza en efectivo. Además, se reducirá el umbral a partir del cual los comerciantes de metales preciosos y piedras preciosas deben cumplir estas obligaciones de diligencia debida. Este umbral para pagos en efectivo es ahora de 15.000 CHF.

De este modo, el gobierno federal introduciría normas que se están convirtiendo cada vez más en la norma internacional y que el GAFI, el club de campo que tiene voz mundial en la lucha contra el blanqueo de dinero, exige cada vez con más énfasis.

La propuesta del Consejo Federal no sorprende; ya había anunciado la creación del registro de transparencia a finales de 2022. Sin embargo, la eficacia de un registro de este tipo depende en gran medida de quién puede utilizarlo y quién tiene que controlar la calidad de los datos. Así lo demuestra la experiencia de otros países que ya han introducido dicho registro.

Según el gobierno, Suiza debería actuar con más cautela. Sólo las autoridades competentes –sobre todo las fiscalías– y los intermediarios financieros sujetos a los requisitos de diligencia debida de la Ley de Blanqueo de Dinero tienen acceso al registro. A diferencia de los registros de la propiedad, por ejemplo, el registro no es de acceso público.

Esto significa que ni el público en general ni las ONG ni los medios de comunicación deberían tener acceso a los datos. El último punto será controvertido. Organizaciones como Transparencia Internacional ya habían exigido antes de la decisión que al menos los periodistas y las organizaciones no gubernamentales que se ocupan de la corrupción y el blanqueo de dinero pudieran utilizar el registro para sus investigaciones.

El hecho de que el público en general no pueda utilizar el registro no es motivo de controversia. La experiencia de la UE, que conoce este tipo de registros de transparencia desde hace varios años, también es relevante en este caso. Hace unos años, la Unión ordenó a sus estados miembros que hicieran sus respectivos registros completamente accesibles al público.

Sin embargo, a finales de 2022, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea decidió que esta apertura no es necesaria para la lucha contra el blanqueo de capitales y viola los derechos fundamentales de los interesados. Los estados se recuperaron y ahora sólo otorgan acceso selectivo, aunque es probable que las reglas vuelvan a estandarizarse en toda Europa pronto. En Alemania, por ejemplo, los profesionales de los medios de comunicación también tienen actualmente acceso a los datos sobre los beneficiarios finales.

¿Herramienta de trabajo o cementerio de PDF?

El segundo parámetro importante es la calidad de los datos suministrados: por supuesto, los delincuentes seguirán intentando esconderse detrás de testaferros y complejas redes empresariales. Si la información proporcionada por las empresas no se controla y se mantiene actualizada, el registro de transparencia sólo resultará en un cementerio de PDF, que costará a todos y no será de utilidad para nadie.

Averiguar quién es el beneficiario real no es tan fácil. Esta es la persona que en última instancia ejerce el control sobre una empresa o fundación. El gobierno federal lo explica de la siguiente manera: «O ella (la persona) sola o junto con un tercero posee una participación de al menos el 25 por ciento del capital o de los votos, o ejerce el control de otra manera». Si nadie se ajusta a esta definición, el jefe del órgano rector se considera el beneficiario final.

No es fácil para los legos en el ámbito jurídico comprender en detalle lo que esto significa. Pero la cuestión de la definición correcta es relevante y no es una cuestión dividida. Algunos oligarcas rusos, por ejemplo, han entregado sus activos (yates, casas o empresas) a familiares y amigos. Sin embargo, todavía tienen acceso a los yates.

El Consejo Federal está tomando ahora algunas precauciones para garantizar una cierta calidad de los datos en el registro. El registro será gestionado por la Oficina Federal de Justicia y un organismo de control adscrito al Departamento de Finanzas comprobará las entradas en función del riesgo. Este organismo también puede sancionar a las empresas que violen sus obligaciones de presentación de informes. Sin embargo, a primera vista no es obvio que la participación de dos agencias gubernamentales en lugar de una sola conduzca a mejores resultados.

Alivio para clubes y pymes

En el futuro, las empresas, fundaciones y asociaciones estarán obligadas a informar al registrador sobre sus beneficiarios reales. Sin embargo, también deben verificar ellos mismos esta información, que reciben, por ejemplo, de sus principales accionistas.

Se temía que esta obligación supusiera mucho papeleo para las empresas unipersonales o los clubes de tenis de mesa. El Consejo Federal intenta contrarrestar esta situación proporcionando un procedimiento de presentación de informes simplificado para empresas unipersonales, sociedades de responsabilidad limitada, fundaciones y asociaciones. Hizo realizar una evaluación del impacto regulatorio y estima que las PYME pueden crear estos informes en veinte minutos durante el primer año. En los años siguientes incluso en cinco minutos.

Los bancos y otros intermediarios financieros también desempeñan un papel importante en el mantenimiento de datos: pueden consultar el registro nacional para sus propias aclaraciones, lo que están obligados a realizar en virtud de la Ley de Blanqueo de Dinero. Sin embargo, también deben informar al organismo de control de las discrepancias que observen durante esta investigación.



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