El crecimiento global continúa desacelerándose según la OCDE


A pesar de la inflación rampante, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está revisando ligeramente al alza sus previsiones de crecimiento mundial. Según las cifras publicadas el martes 19 de septiembre, este porcentaje debería situarse en el 3% en 2023, es decir, 0,3 puntos más que en las previsiones publicadas en junio. Para 2024, los expertos de la OCDE esperan un crecimiento aún menor, del 2,7%. Recordemos que en 2022 el crecimiento global fue del 3,3%.

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Por grandes áreas geográficas y para el año en curso, los incrementos del producto interior bruto (PIB) de China y la zona euro se revisan a la baja, mientras que la OCDE se muestra más optimista para Estados Unidos, Rusia o Japón. La desaceleración global se atribuye a una “Caída de la confianza de las empresas y los consumidores y el fin del rebote de China”, entonces que “El impacto del endurecimiento de la política monetaria es cada vez más visible”.

«La persistencia de la inflación es preocupante» reconoce Clare Lombardelli, economista jefe de la OCDE. Excluyendo la energía y los alimentos, esta cifra se mantiene en niveles elevados, por encima del 4% en Estados Unidos y del 5,5% en la zona del euro. Ahora se está extendiendo a los servicios, impulsado por el aumento de los salarios en un mercado laboral ajustado y el aumento de los precios de la energía en 2022. “La lucha contra la inflación aún está lejos de estar ganada”concluye Clare Lombardelli, citando las numerosas incertidumbres geopolíticas, como la reciente suspensión del acuerdo sobre los cereales en el Mar Negro, que alimenta la volatilidad de los precios.

“Promotores inmobiliarios muy endeudados”

Por lo tanto, la OCDE defiende el endurecimiento de la política monetaria en muchas economías desarrolladas, con excepción de Japón, hasta que “Señales claras de un alivio de las presiones inflacionarias” ocurrir. La Reserva Federal estadounidense ya ha elevado sus tipos clave once veces, de cero a más del 5,25% desde marzo de 2022, mientras que el Banco Central Europeo aumentó su tipo al 4% a mediados de septiembre, el nivel más alto jamás alcanzado desde la creación del la moneda única.

Los únicos precios que no se disparan son los de los inmuebles, duramente afectados por un aumento del coste del crédito que está frenando la demanda de vivienda en América del Norte y el Viejo Continente. La OCDE observa una “caída sustancial de los precios inmobiliarios” en muchos países del G20, como Corea del Sur, Alemania o el Reino Unido, aunque quiere dar tranquilidad sobre una reciente «estabilización»incluso “precios que han comenzado a subir nuevamente en varios países como Australia, Canadá y Estados Unidos”. “La caída de los precios no debería provocar una crisis financiera”cree Clare Lombardelli, gracias “a las reglas más estrictas implementadas después de la crisis de 2008-2009 para evitar que una crisis inmobiliaria se extienda al sector financiero”.

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