El estreno de la temporada 4 de Barry hace referencia al momento más surrealista del programa


Cuando Barry se prepara para la golpiza del oficial, Hader toma dos decisiones interesantes como director. Primero, nos deja ver un hilo de sangre caer por la frente de Barry, una devolución de llamada visual al punto de la temporada 3 cuando el asesino lleno de ansiedad seguía imaginando heridas de bala en la frente de sus seres queridos. También escuchamos un sonido ominoso, de otro mundo, un poco como el gemido reverberante de un objeto de metal masivo. De fondo, el sonido de las olas rompiendo contrasta con el ruido inexplicable de la presencia invisible. Barry se estremece de nervios al escucharlo, pero luego se muestra decidido y el sonido se corta por completo.

Nunca hemos visto el objeto o ser que hace este sonido, pero lo hemos escuchado antes, en el séptimo episodio de la temporada 3. Cuando Barry es envenenado por los familiares de sus víctimas pasadas, se vuelve casi catatónico y casi experiencia de muerte (o tal vez una alucinación) que tiene lugar en una playa nublada. Allí, Barry se encuentra entre una multitud de personas que parecen estar esperando algo. Al principio, parece genial, despreocupado, pero poco a poco parece darse cuenta de lo que el grupo reunido tiene en común: son todas las personas a las que ha matado.

En ese momento, algo sucede en el cielo. Barry mira hacia arriba y vemos su rostro cuando escucha ese extraño zumbido metálico. La indiferencia onírica que poseía antes se desvanece y, en sus últimos segundos, la escena se vuelve existencialmente aterradora. No se nos dice ningún detalle, pero la esencia del momento es clara. Se acerca un ajuste de cuentas para Barry, y tendrá que enfrentar todo lo que ha hecho en la vida. Cualquiera que sea el autobús espiritual que la multitud reunida esté esperando, Barry parece condenado a tomar otro diferente.



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