El final de la temporada 2 de Star Trek: Strange New Worlds es solo un episodio de monstruos


La historia es simple: la capitana Batel (Melanie Scrofano) está ayudando a un puesto avanzado remoto de la Federación que parece un pequeño pueblo en 2023 en Wisconsin (una presunción de ahorro de presupuesto a la que se hace referencia en el diálogo de apertura del episodio). De la nada, una nave de ataque masivo aparece en el cielo y comienza a arrasar la colonia, así como la nave del Capitán Batel, el USS Cayuga, en órbita. La enfermera Chapel (Jess Bush) también está presente en este ataque. Chapel, uno podría recordar, actualmente está involucrada en una aventura con Spock (Ethan Peck) y el Capitán Batel ha estado en medio de instigar una relación con el Capitán Pike (Anson Mount). Al enterarse de que varios amantes están en peligro, el Enterprise acude al rescate.

Parece que Gorn no tiene problemas con la Federación, aparte de que el planeta de la colonia de Wisconsin está en su territorio espacial. Los Gorn intentan exterminar a los infiltrados y el Enterprise responde. No pasa mucho tiempo antes de que los miembros de la tripulación se emparejen para abordar el ataque desde sus lugares individualizados. El Capitán Pike encuentra al Capitán Batel, tristemente infectado con huevos Gorn, en el planeta de abajo, e intentan luchar contra los Gorn invasores mientras esperan destruir la torre de control enemiga. En una divertida revelación de personajes, un joven Montgomery «Scotty» Scott (Martin Quinn) está ahí para ayudar.

Mientras tanto, Nurse Chapel ha quedado varada en los restos del Cayuga, que casi fue destruido en la primera andanada de Gorn. Para rescatarla, Spock se pondrá un traje espacial y volará por el espacio sin una nave que la atrape.

Todo esto es muy emocionante, por supuesto, y la acción es tensa y está presentada de manera experta. Después de nueve episodios de fantasía y/o consideración, parece que ahora es el momento crucial.



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