El episodio trata sobre la aceptación de Genosha en la ONU y lo que debería ser un gran momento de celebración para los mutantes. Las cosas comienzan con niños jugando en las calles, viejos amigos como Nightcrawler que regresan y un optimismo generalizado acerca de que el sueño de Xavier se convierta en realidad. Es un gran día para los mutantes, pero individualmente, los personajes no están exactamente de humor para celebrar, al menos no Rogue y Gambit, quienes pasan por el tipo de problema de relación en el que «X-Men: La serie animada» siempre se destacó. .
Entonces todo se va al carajo. Vemos llegar un ejército de Centinelas y arrasar con Genosha, matando a cientos, incluidos varios personajes importantes. Es un momento absolutamente desgarrador que comienza con la muerte de Nightcrawler y continúa a partir de ahí.
Magneto, siempre enemigo de los X-Men y ahora su líder, tiene su mejor momento en el programa en este episodio. Este es Erik Magnus Lehnsherr, Daddy Magnum, el superviviente, el líder mutante, el hombre que ha pasado su vida luchando para proteger a los mutantes, viendo su sueño y el de Xavier a su alcance, todo destrozado en un instante. Es desgarrador, especialmente porque se sacrifica no sólo para salvar a Rogue y Gambit, sino específicamente a los Morlocks, los marginados de los marginados. Que Magnus le diga a Leech en alemán que no tenga miedo justo antes de que la explosión del Sentinel los aniquile es la guinda del pastel de daño emocional.
Si eso no fuera suficiente, el ataque se detiene solo cuando Gambit se sacrifica, es empalado por un Godzilla Sentinel y usa sus poderes para volar a todo el Sentinel, muriendo en la explosión. Cuando Rogue encuentra el cuerpo y dice «No puedo sentirte» antes de que el episodio pase a negro, el mundo de los X-Men ha cambiado para siempre.