“El jubilado sigue en la mierda”: ante la ira, los ministros optan por la pedagogía


Lionel Gougelot (en Orquídeas), editado por Laura Laplaud

Al día siguiente de la movilización sindical, Olivier Véran, el vocero del gobierno, estuvo el viernes en el Norte para reunirse con modestos jubilados y elogiar los avances previstos en el texto. Un cara a cara en una casa comunal de Orchies, para convencer de que esta reforma también incluye prestaciones sociales.

El gobierno ocupa el terreno para garantizar el servicio postventa de los reforma de pensiones. Pedagogía, explicación y convicción… Los ministros tienen su hoja de ruta. olivier veranel portavoz del Gobierno, estuvo por ejemplo en el Norte el viernes, reuniéndose cara a cara con jubilados en una casa comunal de Orchies, para convencerles de que más allá de la ampliación de la jornada laboral, esta reforma incluye también disposiciones sociales como la pensión mínima en 1.200 euros.

“Debemos corregir las injusticias”

«Consideramos que con motivo de esta reforma, debemos corregir las injusticias», afirma Olivier Véran frente a una pequeña asamblea de modestos jubilados, con pensiones muy por debajo de los 1.000 euros, que viven con sueldos magros como Liliane, de 65 años, que sobrevive con 900 euros al mes. «Está bien, el gobierno ha concedido unos euros más en la jubilación, pero yo soy un inquilino y los pocos euros de APL están disminuyendo. Así que discúlpame por decírtelo con palabras crudas, el jubilado siempre está en la mierda», se lo tira.

Olivier Véran intenta tranquilizar

Una pequeña sonrisa del portavoz del gobierno que se apresura a tranquilizar a los sesenta y tantos. La reforma le garantizará la famosa renta mínima de 1.200 euros. “Es normal que puedas, cuando estés jubilado, poder vivir de tu jubilación y no depender de la limosna. Has trabajado toda tu vida por eso estamos corrigiendo esta injusticia y esta desigualdad”, dice.

Un ejercicio explicativo frente a un público globalmente conquistado. Michèle, de 62 años, sale de la reunión tranquila sobre su destino, mientras comprende a quienes marchan contra el aplazamiento del inicio de jubilación a los 64 años.



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