El número de detenidos alcanza un nivel histórico en Francia


A la 1ejem octubre, las prisiones francesas tenían 72.350 reclusos. Un nivel nunca alcanzado. Más preocupante es el ritmo al que crece la población carcelaria. El balance de entradas y salidas durante el mes de septiembre fue positivo en 681. Según nuestra información, este se aceleró aún más en octubre, acercándose a 200 detenidos adicionales cada semana. Una fuga inquietante. A diferencia de sus vecinos, Francia continúa encarcelando cada vez más y con sentencias cada vez más largas.

Desde que el punto bajo alcanzó el 1ejem junio de 2020, con 58.109 personas detenidas al final del primer encierro, el número de personas detenidas por los jueces aumentó un 24,5 %. Un crecimiento que nada puede correlacionar con una evolución demográfica ni con las estadísticas del Ministerio del Interior sobre las cifras de delincuencia o criminalidad. La justicia es cada vez más severa y el desarrollo de penas alternativas a la prisión no cambia nada. Como si los magistrados intentaran, lanzados en esta espiral, torcer el cuello de los clichés que evocan una justicia laxa.

El resultado de esta inflación no es sorprendente. El número de detenidos obligados a dormir en un colchón en el suelo, elevado durante el día para permitir que otros detenidos bajen de las literas, alcanzó los 2.053, un 39% más en un año. Condiciones de hacinamiento en las celdas fuentes de tensión entre los presos y con los guardias. Porque el personal penitenciario no avanza al mismo ritmo, las actividades escolares, culturales o deportivas tampoco.

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Oportunidad del calendario, mientras que estas cifras fueron publicadas en la noche del viernes 28 de octubre por el Ministerio de Justicia, Eric Dupond-Moretti estuvo el día anterior, jueves, en la Asamblea Nacional durante la votación sobre los créditos de justicia para 2023 en el marco del proyecto de ley de finanzas. El Ministro de Justicia votó en esta ocasión una enmienda “llevar al 31 de diciembre de 2027 la fecha hasta la cual podrá derogarse el principio de internamiento en celdas individuales en los centros de prisión preventiva cuando la distribución interior del local o el número de detenidos presentes no permita su aplicación”.

«Déficit de 10.000 plazas»

Porque la doctrina penitenciaria, nacida de una ley de 1875, consagró el principio del encierro individual. El gobierno de François Fillon volvió a grabar en piedra este principio con motivo de la ley penitenciaria de 2009, posponiendo su entrada en vigor hasta noviembre de 2014, momento, recordó el Sr. Dupond-Moretti en el Palais-Bourbon, “para permitir la finalización del programa de construcción de 13.200 plazas penitenciarias” lanzado en 2002.

Nunca se planteó quitar de la ley este imperativo de confinamiento individual, pero de moratoria en moratorias, votadas en 2014, 2019 y ahora 2022, los sucesivos gobiernos han obtenido del Parlamento luz verde para no respetarla. El Ministro de Justicia se mostró tranquilizador frente a los diputados, evocando hoy “un déficit de 10.000 plazas penitenciarias”. Lo que le hace decir que el programa de construcción de 15.000 plazas penitenciarias lanzado en 2017 y que se supone que estará terminado en 2027 resolverá el problema. Como si la construcción de prisiones frenara el crecimiento del número de reclusos. Nada es menos seguro.

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Según cifras del Ministerio de Justicia, el 1ejem octubre, solo el 41% de los 72.350 detenidos se benefician de una celda individual. Incluso 20.000 personas están encarceladas en prisiones con una tasa de ocupación superior al 150% de su capacidad. Tres establecimientos, por ejemplo, han superado la marca del 200 % de hacinamiento, como el centro de prisión preventiva de Burdeos-Gradignan con 727 presos, o el 208 % de su capacidad. Una prisión sobre la que el controlador general de los lugares de privación de libertades había dado sin embargo la señal de alarma en julio.

Los próximos meses prometen ser complicados de gestionar en las cárceles. Es cierto que el año 2023 debería beneficiarse de un primer gran lote de establecimientos que entren en servicio del «programa 15,000». Se deben entregar alrededor de 2.500 plazas netas. Pero, en su mayor parte, no llegarán hasta la segunda mitad. Hasta entonces, los custodios y detenidos tendrán que seguir soportando estas condiciones contrarias a los principios reafirmados por la ley.

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