El exprimer ministro australiano Scott Morrison asumió el miércoles 17 de agosto que se había otorgado en secreto cinco carteras ministeriales -incluidas las de salud, finanzas y recursos- al comienzo mismo de la pandemia, desde marzo de 2020.
El martes, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, acusó a su predecesor de un “alboroto sin precedentes” de la democracia “Es bastante extraordinario que estos nombramientos se hayan mantenido en secreto”, aseveró. El Sr. Albanese buscó el consejo del Fiscal General para evaluar la legalidad de las acciones del Sr. Morrison, a quien acusó de liderar «gobierno en la sombra».
Durante una larga y acalorada conferencia de prensa, Morrison rechazó los pedidos para que renuncie al Parlamento. Se ha enfrentado a una avalancha de preguntas sobre por qué no le ha dicho al público, o incluso a muchos de sus compañeros ministros, que se está otorgando poderes adicionales.
“Tuvimos que tomar medidas extraordinarias para poner salvaguardas”, se justificó, explicando de manera confusa que había asegurado la continuidad del gobierno en caso de que un ministro no estuviera disponible. Morrison declaró así que había utilizado estos poderes solo una vez, para anular a su Ministro de Recursos y bloquear un controvertido proyecto de gas en alta mar, aunque especificó que esta decisión no estaba relacionada con el Covid-19. “Estoy muy contento con esta decisión”ha dicho él.
Necesitan salvaguardas democráticas más fuertes
El ex primer ministro conservador añadió que sólo disparó “sin beneficio personal” por haberse designado a sí mismo para estos diversos cargos ministeriales.
“A veces olvidamos lo que pasó hace dos años y la situación que atravesábamos, fue un tiempo sin precedentes”también argumentó Morrison el martes durante una entrevista con la radio australiana 2GB.
La coalición conservadora de Morrison perdió las elecciones en mayo, después de casi una década de gobierno de centro-derecha.
El escándalo ha arrojado luz sobre la naturaleza opaca de la toma de decisiones en el gobierno australiano y ha planteado dudas sobre la necesidad de salvaguardias democráticas más sólidas.
En Australia, el Primer Ministro elige a los miembros de su gobierno entre los funcionarios electos que luego son juramentados por el Gobernador General durante una ceremonia oficial.