El quid de la prohibición de Hamás: el Consejo Federal elude las normas aplicables con una ley especial


Tres meses y medio después de los ataques de Hamás, el ministro de Justicia, Jans, explica cómo se debería prohibir la organización terrorista. El proyecto de ley es un paseo por la cuerda floja.

El consejero federal Beat Jans sobre la prohibición de Hamás: “No hay cambios en la práctica suiza”.

Peter Klaunzer/Keystone

El nuevo Ministro de Justicia, Beat Jans, tiene poco tiempo para calentarse. Apenas cincuenta días después de asumir el cargo, presentó el martes en Chiasso su enfoque más duro en materia de política de asilo. Al día siguiente, el siguiente problema estaba en la agenda: prohibir a Hamás. Poco después de los ataques terroristas contra Israel el 7 de octubre, el Consejo Federal anunció que prohibiría a Hamás. Y esto a pesar de que ya entonces estaba claro que en Suiza no existía una ley adecuada para ello. El miércoles, el Ministro de Justicia explicó cómo quería proceder el Consejo Federal.

Tres efectos esperados

Está prevista una ley especial que prohíba a Hamás, así como a las organizaciones fachada y sucesoras, y las califique claramente de organizaciones terroristas según el artículo 260ter del Código Penal. La ley debe ser aprobada por el Parlamento mediante el procedimiento ordinario. Por lo tanto, pasarán meses antes de que eso suceda. Queda por ver cuánto logrará realmente una ley de este tipo, aparte de su efecto simbólico. El Consejo Federal espera obtener tres efectos en particular:

• Facilitación de las prohibiciones de entrada: Ya existen medidas policiales preventivas contra los partidarios de los terroristas, por ejemplo, prohibiciones de entrada o órdenes de deportación. Al definir claramente a Hamas como una organización terrorista por ley, tales medidas tendrán un respaldo legal más sólido en el futuro. Ya no es necesario demostrar que Hamás es una organización terrorista. Esto hace que estas medidas policiales preventivas sean más fáciles y rápidas, explicó el Ministro de Justicia Jans a los medios.

• Más eficiencia en la aplicación de la ley: La situación es muy similar en los tribunales: cualquiera que apoye a organizaciones terroristas o haga propaganda para ellas ya puede ser castigado. En 2021 incluso se hizo más estricta la legislación penal correspondiente: desde entonces, los líderes de redes terroristas pueden ser condenados a penas de prisión de hasta veinte años. También en este caso, la designación de Hamás como organización terrorista por ley facilita la presentación de pruebas ante los tribunales.

• Mejor panorama de la situación en materia de financiación del terrorismo: Los bancos y otros intermediarios financieros deben informar si sospechan que se están moviendo activos en beneficio de organizaciones terroristas. Sin embargo, no siempre está claro si un grupo debe clasificarse como terrorista. La ley también aporta claridad en relación con Hamás. Nicoletta della Valle, directora de la Oficina Federal de Policía (Fedpol), explicó a los medios que espera que la innovación proporcione una mejor imagen de la situación de los flujos financieros terroristas.

Por más comprensible que sea el objetivo de la ley prevista, el proyecto que ahora se está consultando muestra el camino por la cuerda floja que el Consejo Federal cuestiona. Por un lado, se trata de la base constitucional. El Consejo Federal hace referencia a sus competencias para salvaguardar la seguridad interior y exterior de Suiza.

“No hay cambios en la práctica suiza”

Según Christian Dussey, director del Servicio Federal de Inteligencia (NDB), por el momento no hay indicios de que esté amenazado por Hamás u organizaciones afines. Sin embargo, la prohibición sigue estando justificada porque esto podría cambiar en cualquier momento dependiendo de la evolución de la situación en Oriente Medio, explicó Dussey. En Suiza también el riesgo de terrorismo sigue aumentando.

La prohibición de Hamás no está exenta de controversia, pero también en términos de su impacto en el mundo exterior. Hasta la fecha, el Consejo Federal prácticamente nunca ha prohibido las organizaciones terroristas. Esto se debe, entre otras cosas, a que podría poner en duda el papel mediador y los buenos oficios de Suiza. Las excepciones fueron Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), que están prohibidos en Suiza desde hace años. Por ello, el consejero federal Jans explicó que la prohibición de Hamás se basa precisamente en esto. No se ha producido ningún cambio en la práctica suiza asociada a la ley especial.

De hecho, es notable que la prohibición de Hamás esté redactada en términos estrictos. A diferencia de Alemania, donde también está prohibida la actividad del grupo Samidoun, también clasificado como terrorista, en Suiza no existe tal prohibición. Esto a pesar de que los representantes y cuadros de Samidoun también se reunieron en Suiza después del 7 de octubre.

La nueva ley estipula que el Consejo Federal también puede prohibir organizaciones relacionadas con Hamás. Pero las exigencias siguen siendo altas. No basta con perseguir los mismos objetivos que los de Hamás, afirma el informe explicativo. La cercanía necesaria sólo se logra si se decide un enfoque conjunto. Por lo tanto, sería concebible que la Jihad Islámica, que también dispara cohetes contra Israel desde la Franja de Gaza, también estuviera incluida en la prohibición.

El Consejo Federal no quiere verse presionado

Al fijar límites estrechos a la prohibición, el Consejo Federal quiere evitar que Suiza se vea presionada a imponer prohibiciones también en otros casos y así abandonar gradualmente la prudente práctica anterior. En este contexto se menciona regularmente al PKK kurdo, que también está clasificado como terrorista en Alemania, por ejemplo.

Pero a pesar de toda la moderación y aunque la prohibición de Hamás es similar a la prohibición de Al Qaeda, hay una diferencia clave. Si bien la ONU ha tomado la decisión de sancionar a Al Qaeda y al EI, este no es el caso de Hamás. Por lo tanto, la prohibición tiene menos apoyo internacional. La Ley de servicios de inteligencia incluso estipula que las organizaciones sólo pueden ser prohibidas en Suiza si están en la lista de sanciones de la ONU. Ésta es la razón principal por la que el Consejo Federal todavía tiene las manos atadas a la hora de prohibir a Hamás.

Con la ley especial propuesta, el Consejo Federal intenta eludir las exigencias actuales del NDB. El Consejo Federal probablemente pueda resolver el dilema en el trato con Hamás con esta ley especial. Pero la forma en que Suiza planea actuar en el futuro en casos similares sigue siendo una cuestión completamente abierta.



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