En «The Boys», los individuos con superpoderes, o «Supes», no encajan en el molde de los héroes virtuosos de los cómics. Ejercen poderes increíbles, pero en esta realidad alternativa, soportan las mismas cargas que los individuos comunes, amplificadas por la fama global, la atención de los medios y las expectativas altísimas.
El título, «The Boys», se refiere a un colectivo encubierto liderado por Billy Butcher (Urban) con la misión de hacer justicia a los Supes. Hughie (Quaid), Mother’s Milk (Laz Alonso), Frenchy (Tomer Capone) y Kimiko (Karen Fukuhara), cada uno de los cuales sufrió tragedias personales a manos de Supes, forman el núcleo. A medida que avanza su misión, lidian con los impactos éticos de sus acciones y constantemente mantienen la línea entre la justicia y la venganza.
En contraste con esto, «The Seven», un equipo de superhéroes que recuerda a la Liga de la Justicia, cuenta con miembros como Homelander (Starr), Starlight (Moriarty), The Deep (Chace Crawford) y A-Train (Jessie T. Usher). Este grupo mantiene una fachada pública mientras comete asesinatos, trampas y abuso de poder a puerta cerrada. A pesar de imitar a personajes como Superman, Aquaman, The Flash y Wonder Woman, Los Siete son figuras empañadas impulsadas por el beneficio personal. Nada mas.
Cada temporada de la serie profundiza en las complejidades de estos personajes. Son detestables pero también identificables, sus personajes de celebridades meticulosamente moldeados y manipulados por un público ingenuo demasiado preocupado por idolatrar a falsos héroes como para reconocer los peligros que acechan más allá del marco de la cámara.