El Salvador envía a la cárcel a una mujer después de un aborto espontáneo


Treinta años de prisión por perder su feto. Esta es la sentencia a la que fue condenada Esme (el primer nombre ha sido cambiado) el lunes 9 de mayo, cuando llamó a urgencias y tuvo un aborto espontáneo. Lejos de recibir la atención necesaria, según el Colectivo Ciudadano por la Despenalización del Aborto, fue denunciada a la policía y acusada de homicidio. La abogada de Esme, Karla Vaquerano, anunció que apelaría la decisión de la corte y dijo que los cargos de la fiscalía estaban sesgados y contaminados con estereotipos de género.

El Salvador es uno de los siete países del mundo (junto con Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Haití, Surinam y Malta) que prohíben totalmente el aborto. Una docena de mujeres se encuentran actualmente tras las rejas tras emergencias obstétricas. Se les acusa de haber querido realmente poner fin a su embarazo. Sus sentencias llegan a veces a los cuarenta años, como en el caso de María Teresa Rivera, que pudo huir a Suecia y obtener allí asilo.

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Durante siete años, no hubo nuevas condenas. La de Esme es por tanto la primera que se produce durante el mandato del joven jefe de Estado, Nayib Bukele, en el poder desde 2019, y de quien las feministas esperaban mucho. El mandatario había asegurado durante su campaña estar a favor de la despenalización de la interrupción del embarazo en caso de peligro para la vida de la gestante.

Las promesas rotas de Nayib Bukele

Una promesa rota. En septiembre de 2021 anunció que había decidido retirar el aborto terapéutico y el matrimonio entre personas del mismo sexo de una propuesta de reforma constitucional. No obstante, los colectivos feministas y LGBT habían sido consultados por el equipo ad hoc encargado de redactar la propuesta de reforma constitucional. El vicepresidente del país, Félix Ulloa, autor del texto, atribuyó la negativa de Nayib Bukele a presiones de «sectores conservadores muy poderosos, especialmente la Iglesia Católica». En cuanto a las sentencias de mujeres a penas severas de prisión, reconoció que El Salvador está «una pena».

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En diciembre de 2021, en un gesto de apaciguamiento, Nayib Bukele ordenó la liberación de tres de las diecisiete mujeres condenadas a severas penas por homicidio agravado. En enero y febrero, otras dos mujeres fueron liberadas después de pasar diez años en prisión a raíz de un aborto espontáneo.

«La condena de Esme (…) es un golpe en [la lutte] poner fin a la criminalización de las emergencias obstétricas que, como lo señaló la CIDH [Cour interaméricaine des droits humains], deben ser tratados como problemas de salud pública y garantía de los derechos de las mujeres”, dijo Morena Herrera, presidenta del Colectivo Ciudadano.

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