Una propuesta de reforma del sistema de pensiones de Francia, que ha provocado protestas y huelgas masivas desde principios de año, está lista para una votación final en el parlamento el jueves en un momento decisivo para el presidente Emmanuel Macron.
El Senado adoptó la legislación para elevar la edad de jubilación a 64 años el jueves por la mañana, pero una votación en la Asamblea Nacional de la cámara baja programada para la tarde se considera extremadamente apretada.
El gobierno minoritario de Macron depende del apoyo de los parlamentarios del partido Republicano (LR) de la oposición y el margen final para ganar o perder podría reducirse a un puñado de votos.
Después de meses de negociaciones, «todos quieren un momento de la verdad», dijo a la AFP una figura importante del partido Renacimiento de Macron bajo condición de anonimato, aunque el presidente seguía consultando a sus aliados hasta altas horas de la mañana.
Una votación sería «muy, muy, muy arriesgada» en la Cámara Baja, dijo el jueves el senador republicano de alto rango Bruno Retailleau al canal Public Senat.
Una pérdida para el gobierno sería una humillación para Macron menos de un año después de que aseguró un segundo mandato con un manifiesto que instaba a los franceses a «trabajar más» para pagar el generoso sistema de seguridad social del país.
Forzar la aprobación de la legislación de esta manera, después de meses de manifestaciones y frente a una opinión pública abrumadoramente hostil, correría el riesgo de inflamar el movimiento de protesta.
Se estima que 1,28 millones de personas salieron a la calle el 7 de marzo.
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