John ha tenido un historial de resistir los ataques más brutales en su contra. Al pobre tipo le dispararon repetidamente, lo apuñalaron en la clavícula e incluso lo arrojaron desde el techo de un rascacielos en «John Wick: Capítulo 3 – Parabellum». El mundo hiperreal de las películas de «John Wick» le permite sobrevivir a eventos que seguramente matarán al hombre promedio, cimentando su reputación como Boogeyman con habilidades casi míticas para incluso engañar a la muerte. En la última película de Stahelski, John se involucra en largos enfrentamientos y ataques implacables de hordas de asesinos entrenados y sale ileso del baño de sangre en Osaka Continental.
Cuando John se acerca a su fatídico duelo con Caine (Donnie Yen), todos los asesinos de París lo acosan mientras se dirige al Sacré-Cœur. Esto conduce a tiroteos inevitables y situaciones de combate cuerpo a cuerpo que son repetidamente puntuado por autos que golpean a John de frente, lo que lo lleva a chocar contra los parabrisas y caer sobre los capós de los autos. Todo parece extremadamente doloroso. Aunque John finalmente cambia las probabilidades a su favor al arrastrar a los matones con su viaje y chocar contra ellos en marcha atrás, los repetidos asaltos vehiculares deben haberlo dejado con algunos moretones desagradables, como mínimo.
Solo momentos antes de esto, John tuvo que luchar para salir literalmente del infierno en el club nocturno de Killa, donde lo dejaron caer desde una altura (nuevamente) y se vio obligado a participar en peleas que involucraron cantidades masivas de agua a presión. Ser casi atropellado por autos poco después de esta terrible experiencia es simplemente grosero, especialmente cuando te golpean, patean y disparan al mismo tiempo. Pero bueno, aquí estamos lidiando con John Wick, un hombre listo para matarlos a todos mientras lo consume la venganza y no tiene nada que perder.