Emmanuel Macron en Fort Brégançon: los habituales oscilan entre la indiferencia y el entusiasmo


Inès Zeghloul, editado por Alexandre Dalifard / Crédito de la foto: MATTES RENÉ / HEMIS.FR / HEMIS.FR / HEMIS VIA AFP
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21:02, 31 de julio de 2023

Comenzaron las vacaciones para el Presidente de la República. Emmanuel Macron llegó a Fort Brégançon, el destino oficial de los jefes de estado en el Var. Aunque los habitantes de Bormes-les-Mimosas están acostumbrados a esta venida, la presencia del presidente siempre hace reaccionar.

Tiempo de vacaciones para emmanuel macron. El Presidente de la República se encuentra en Fort Brégançon en el Var, lugar oficial de descanso de los jefes de Estado. Este edificio, cuya construcción se inició en el siglo XIII, forma parte del paisaje para los habitantes de Bormes-les-Mimosas, así como para los fotógrafos y curiosos que intentan vislumbrar a la pareja presidencial. Si el escenario es el mismo todos los veranos, la presencia del presidente siempre hace reaccionar a los veraneantes.

“Esperamos que se recupere bien”

En la playa de Cabasson, son las mismas cigarras. A lo lejos, el mismo fuerte con vistas al mar.Todo parece normal, salvo un detalle: la gendarmería patrulla la zona. A Christine le bastó con ponerle una pulga en la oreja. Corrió a la arena para llegar al fondo. «Vimos la bandera, pensamos que significaba la presencia de Emmanuel Macron, nuestro presidente francés. Está bien, estamos felices de que esté allí. Esperamos que esté tranquilo y que se recupere bien. Sirve para algo, un presidente no es nada». , es una familia preciosa”, se regocija ante el micrófono de Europa 1. Desde entonces, no ha dejado de echar un vistazo al pontón presidencial entre dos soleadas siestas.

Y no es el único: Jean-Guy también está al acecho. «Vi a un ciclista que caminaba por el sendero en Fort Brégançon, así que pensé que tal vez solo estaba haciendo su paseo en bicicleta», dice. La mayoría no espera necesariamente encontrarse con el jefe de estado. Como Marcel, que prepara un snack cerca del agua. Para él, es solo una silueta que finalmente se desdibuja bastante en la distancia y su presencia no cambia su vida diaria. «Estamos acostumbrados a tener a los gendarmes que están ahí. Pero no pasa nada. Él (el presidente) va a restaurantes en Le Lavandou, lo sé, pero ya está. Es el presidente pero es un tipo como cualquier otro», avanza el comerciante.



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