En Afganistán, al menos diez muertos en una explosión en una mezquita sunita de Kabul


Al menos diez personas murieron en una explosión que golpeó una mezquita sunita en Kabul el viernes 29 de abril. Una serie de atentados con bomba mortales, algunos reivindicados por la organización Estado Islámico (EI), han causado decenas de muertos en el país en las últimas dos semanas, al final del mes sagrado del Ramadán.

“La explosión tuvo lugar dos horas después de las oraciones del viernes mientras los fieles realizaban rituales”dijo el portavoz adjunto del Ministerio del Interior a la Agence France-Presse (AFP), y agregó que unas quince personas resultaron heridas.

Las ambulancias estaban presentes cerca de la mezquita Khalifa Saib en el centro de la capital para transportar a las víctimas sangrantes a un hospital cercano, señaló un periodista de la AFP. Los talibanes impidieron el ingreso de la prensa al hospital.

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“Muchos fieles estaban en la mezquita (…) cuando se produjo la explosión. Varias víctimas fueron derribadas [par le souffle] »dijo a la AFP un superviviente.

Esta explosión se produce pocas horas después de la emisión de un mensaje del líder supremo del país, Haibatullah Akhundzada, antes de Eid-el-Fitr, la fiesta de la ruptura del ayuno, que marca el final del Ramadán. No habló de los ataques recientes, solo se regocijó de que Afganistán haya sido capaz de crear “un fuerte ejército islámico y nacional”y un «servicio de inteligencia fuerte».

Ola de ataques en abril

La seguridad había mejorado mucho en Afganistán después de que los talibanes regresaran al poder en agosto, aunque el Estado Islámico en Khorassan (IS-K), la rama regional del EI, continuaba realizando ataques mortales. La frecuencia de los ataques, sin embargo, aumentó significativamente en abril, teniendo como objetivo en particular a la minoría chiíta hazara, considerada herética por los yihadistas del EI.

El jueves, los atentados con bomba, reivindicados por el Estado Islámico, contra dos minibuses que transportaban pasajeros chiítas, mataron al menos a nueve personas en Mazar-e Sharif (norte). El 21 de abril, una mezquita chiita en esta ciudad también fue blanco de una bomba. Al menos doce personas murieron y 58 resultaron heridas, y nuevamente IS se atribuyó la responsabilidad del ataque. Al día siguiente, al menos 36 personas, incluidos niños, murieron en otro atentado con bomba contra una mezquita sunita frecuentada por sufíes durante las oraciones del viernes en Kunduz (noreste). Unos días antes, las explosiones en una escuela para niños en un distrito chiíta de Kabul habían matado a seis personas.

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La comunidad chiita, que pertenece mayoritariamente a la etnia hazara y representa entre el 10% y el 20% de la población afgana (unos 40 millones de habitantes), ha sido perseguida durante mucho tiempo en este país de mayoría sunita.

Los talibanes están tratando de minimizar la amenaza de ISIS y están librando una lucha despiadada contra el grupo, al que han estado luchando durante años. Multiplicaron las redadas, particularmente en la provincia oriental de Nangarhar, y arrestaron a cientos de hombres acusados ​​de participar en ellas. Aseguran desde hace unos meses haber derrotado a EI-K, pero los analistas creen que el grupo sigue constituyendo el principal reto de seguridad para la nueva potencia afgana.

El mundo con AFP



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